Europa ha arrancado la sesión con recortes que continúan a media sesión, y es que son muchos los factores que están restando optimismo una vez podemos dar por finalizada la campaña de verano.
Tenemos, por una lado, las tensiones geopolíticas generadas por Corea del Norte, que continúa amenazando con el lanzamiento de nuevos proyectiles nucleares. Aunque según el consenso de mercado están lejos de desembocar en un conflicto armado, están contribuyendo a generar tensión en las relaciones diplomáticas entre China y Estados Unidos, que pide que la primera cese en sus relaciones comerciales con Corea del Norte, pues prácticamente el 80% de sus exportaciones tienen como destino China. Si estas cesasen, conseguiría estrangular económicamente al regimen de Pyongyang.
Por otra parte, existe el temor de que el huracán Irma, que ya alcanza categoría 5, alcance las costas de Florida y pueda tener un efecto igualmente catastrófico que el del reciente Harvey en Texas.
Y para acabar de cuadrar el círculo, tenemos las últimas declaraciones de varios miembros de la FED, Lael Brainard y Robert Steven Kaplan, presidente de la Reserva Federal de Dallas, que han venido a señalar que en un entorno de inflación controlada, con unos indicadores que no están reflejando un crecimiento por encima del previsto y el reciente desastre generado por Harvey, habría que ser muy cautos antes de asumir nuevas subidas de tipos. Esto ha llevado a la mayoría de analistas a pensar que en ningún caso veríamos subidas de tipos antes de diciembre.
Este tono “dovish” de la FED coincide con lo que se espera mañana por parte de la reunión del Banco Central Europeo, que difícilmente va a poder comenzar a disminuir su programa de recompra de bonos, toda vez que su prioridad ahora es aplacar un Euro que se está mostrando muy fuerte y que no cesa en la escalada de su precio frente al Dólar.
El nuevo retraso en la adopción de políticas monetarias más restrictivas está impactando especialmente al sectorial bancario, que sigue sin ver en el horizonte el momento en el que pueda ampliar sus márgenes comerciales, con tipos de interés más altos. Así desde ayer, tanto en Estados Unidos como en Europa, primero los bancos y luego todo el sector financiero acusan las mayores caídas, con inversores que están rotando sus carteras a activos más defensivos.
Dentro de esos activos defensivos, el más beneficiado quizá resulta la Deuda Pública, donde estamos viendo caer significativamente la rentabilidad de los Bonos a 10 años Americanos (recordemos que su rentabilidad se mueve en sentido inverso a su precio), que con un 2.06% tocó ayer mínimos que no se veían desde antes de las últimas elecciones americanas.
El cierre en negativo de ayer de Wall Street (Dow Jones -1,07%, S&P 500 -0,76% y NASDAQ 100 -0,92%), que estrenaba semana y da por cerrada la época estival después del festivo del lunes, ha contagiado al mercado asiático, donde hemos visto como el Nikkei 225 cedía un -0,14%.
En el terreno de las divisas, el Euro recupera fuerza y se sitúa en niveles de 1.1943 frente al Dólar, a la espera ya de lo que pueda traslucirse de la reunión de mañana del Banco Central Europeo. Dentro de las criptodivisas, bitcoin rebota después de los importantes recortes de las últimas jornadas, descensos que cristalizaron una vez que el gobierno chino se haya planteado su regulación y pretenda prohibir las ICOs (Initial Coin Offering). En línea con bitcoin, resulta muy interesante el gráfico públicado en Financial Times, donde se compara la evolución del gráfico de una burbuja con el gráfico de cotización de la criptomoneda, y donde se ve cierta simetría entre ambos. Habrá que estar, por lo tanto, muy atento a cómo evolucione su precio en los próximos meses.