El arbitraje en trading se refiere a la práctica de realizar operaciones de compraventa de manera casi simultánea de un activo para sacar provecho de una diferencia de precio. El activo será generalmente vendido en un mercado diferente, en una forma diferente o con un instrumento financiero diferente, dependiendo de la dimensión en la que ocurra la discrepancia de precio.
Las oportunidades de arbitraje pueden aparecer para casi cualquier instrumento financiero, incluyendo opciones, acciones, divisas, materias primas o derivados.
En acciones, por ejemplo, un arbitraje puede suceder cuando un valor está listado en mercados de dos países diferentes. Debido a un cambio de tipos en uno de los países, el precio de la acción es diferente de un mercado a otro. Al vender de manera simultánea el valor en un mercado y comprarlo en el otro, un inversor puede sacar provecho a la discrepancia de precio para obtener beneficios inmediatos.
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Es un arbitraje en su forma más pura, tal y como se detalla más arriba. En esencia, el arbitraje puro conlleva la obtención de beneficios por ineficiencias en el mercado, como puede ser dos activos con el mismo valor razonable operando a diferentes precios. Las ineficiencias en el mercado que hacen posible el arbitraje puro son muy inusuales hoy en día debido a la mejora tecnológica.
El arbitraje de riesgo conlleva la inversión en un activo cuyo valor actual va a cambiar en breve: por ejemplo, acciones de una compañía sujetas a una adquisición. Se considera que este tipo de arbitraje conlleva más riesgos que el puro, ya que puede que el cambio en el valor nunca se produzca.
Imagina que las acciones de ABC Incorporated cotizan a 37,76£ en la bolsa de Londres (LSE), lo que equivale a 48$. La empresa también cotiza en la bolsa de Nueva York (NYSE), en la que sus acciones cotizan a 47,85$. Si has abierto una posición para comprar acciones en la bolsa de Nueva York y otra posición para venderlas en la de Londres al mismo tiempo, podrías obtener unos beneficios de 0,15$ por acción o 0,12£ por acción.
Los inversores pueden utilizar una estrategia de arbitraje con los CFD, ya que estos derivados permiten que las posiciones se puedan abrir o cerrar de manera rápida. Esto es una característica fundamental de cualquiera de los productos, ya que la clave para el éxito del arbitraje es la rapidez, es decir, cuanto más rápido reaccione un inversor, mayores serán las oportunidades que tendrá de obtener beneficios.
Algunos de los inversores escogen emplear softwares de trading automatizado, alertas y algoritmos para ejecutar su estrategia de arbitraje. Esto significa que no tienen que llevar a cabo sus propios cálculos, ya que el software detectará de manera automática las oportunidades de arbitraje.
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