Una clase de activo es una categoría de los instrumentos financieros; puede ser tanto un activo físico como un activo financiero. Los instrumentos se agrupan en clases de activos dependiendo de sus características, comportamiento en el mercado, y la legislación por la que se rigen.
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Para evitar el riesgo asociado con centrarse en una sola sección del mercado, muchas estrategias recomiendan operar en una variedad de activos (diversificación). No existen garantías de que diversificar una cartera produzca rendimientos, pero puede contribuir a reducir el riesgo; si una clase de activo experimenta un giro positivo, podría compensar el movimiento a la baja de otro.
Los activos se agrupan en función de su estructura financiera. Los cuatro tipos de clases de activos tradicionales son:
Muchos inversores clasificarían las criptodivisas como una clase de activos. No existe un acuerdo general sobre el número de clases de activos que existen. Algunos inversores solo reconocen tres categorías de activos: valores, renta fija y mercado monetario, mientras que otros utilizan hasta cinco, incluyendo las materias primas y las criptodivisas en sus propias clases.
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