IPC son las siglas de índice de precios al consumidor, una media de varios bienes y servicios de consumo que se usan como indicador de la inflación.
Los movimientos del IPC se suelen expresar en porcentajes, donde los movimientos positivos hacen referencia a la inflación y los negativos a la deflación. Una parte muy significativa de las competencias de bancos centrales como la Reserva Federal o el Banco Central Europeo están relacionados con mantener la inflación dentro de los objetivos establecidos. Intentan lograrlo mediante ajustes de política monetaria, como modificar el tipo de interés básico.
A menudo, se usa más de un índice de precios al consumidor para evaluar la inflación de una economía determinada y se miden bienes y servicios distintos para estudiar varios sectores de la población.
Los bancos centrales anuncian el IPC de forma periódica.