- El Dólar Index, en máximos de 2018.
- La laxa política monetaria del BCE empuja el sector exportador europeo tras la peor caída del euro desde Junio del 2016.
- La administración Trump pretende imponer aranceles a otros 50.000 millones de dólares en productos Chinos.
Los mercados europeos aparcan la euforia vivida en la jornada de ayer, que acabó lanzando el DAX por encima de los 13.000 puntos. También se asoman con cautela a una sesión en la que tendrá lugar el vencimiento trimestral de opciones y futuros, lo que sin duda traerá consigo movimientos significativos en los precios.
El BCE señaló ayer no prevé ninguna subida de tipos hasta el verano del próximo año, lo que ha contribuido a dar un impulso importante a todas las compañías del sectorial exportador europeo. Estas declaraciones se muestran, sin embargo, como un lastre para el sectorial bancario, como se ha podido ver en la evolución en negativo del Ibex 35, que se ha visto marcada por la cotización en rojo de los grandes bancos del selectivo español (BBVA, Santander, Bankia, Bankinter, Caixabank Sabadell). La explicación para esta evolución es que, al alejarse en el horizonte las subidas de los tipos, se empuja a la baja el precio del dinero y se reduce el margen operativo de los bancos, lo que lleva a la baja su potencial para generar beneficios.
Además de demorar el plazo para subir los tipos de interés, el BCE señaló que el programa de recompra de bonos permitirá seguir reinvirtiendo los vencimientos de los bonos que se hubiesen comprado previamente a pesar de concluir a finales de este año, lo que reduce significativamente el impacto que la finalización de esta medida pudiera tener.
Esta visión proteccionista del BCE impulsó en la jornada de ayer los mercados europeos (con la excepción comentada del sectorial bancario) y generó la mayor caída del Euro desde Junio del 2016. Hoy los selectivos europeos viven con cautela las horas previas al vencimiento trimestral de opciones y futuros. También está muy presente la guerra comercial entre EEUU y China, con unos aranceles por valor de 50.000 millones de euros que podrían imponerse sobre productos chinos en las próximas horas, según declaraciones del gobierno estadounidense.
Dentro del sector empresarial destaca la importante revalorización de la compañía británica Rolls-Royce que, después de anunciar un recorte de 4.600 empleos y un plan para reducir sus costes en 500 millones de dólares, se dispara por encima del +10%, con lo que anula las pérdidas del -8% en el último año. En España destacamos los descensos de Bankia (-2,04%), Bankinter (-1,87%) y CaixaBank (-1,68%), así como las subidas de las eléctricas Iberdrola (+0,65%) y Red Electrica (+0,61%), muy beneficiadas estas últimas por un entorno de bajos tipos de interés.
En Estados Unidos vimos un cierre en positivo de S&P 500 (+0,25%) y de un NASDAQ (+0,85%) que marcó máximos, lo que destaca el interés que sigue vigente por las grandes compañías tecnológicas. La única excepción en estas subidas vino marcada por el sectorial bancario, que tan y como exponíamos se dejó contagiar por el mal tono europeo y el lastre que supone la laxa política monetaria del BCE.
En Asia, el Nikkei terminó cerrando con una subida del +0,50%, en una jornada en la que el Banco de Japón anunció que sigue sin poder retirar las medidas de estímulo ante las malas perspectivas de crecimiento y de inflación. El índice de Shanghai y el Han Seng cerraron, con pérdidas respectivas del -0,73% y del -0,43%, ahora que se recrudece la guerra comercial entre Estados Unidos y China.
El mercado de divisas se estabiliza después de la vibrante sesión de ayer, colocando al euro en niveles de 1,16 frente al dólar. El Índice dólar recortaba ligeramente un -0,19% y se situaba en los 94,74.
Dentro del mercado de materias primas surgen recortes en el crudo ante los anuncios de Arabia Saudi y Rusia en la semana previa a la reunión de la OPEP, en la que se contemplará la posibilidad de incrementar su producción. El oro, por su parte, desactiva ligeramente su valor de activo refugio y recorta un -0,40%.
Las criptomonedas están luchando por superar los niveles previos de soporte después de las últimas caídas. Estos soportes se convierten ahora en niveles de resistencia. Podemos ver como, después del rebote de ayer, tanto el Bitcoin como el Ethereum se mueven con timidez intentando salvar los niveles alcanzados.