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Reducción del déficit público de la eurozona hasta el 0,1% del PIB, su cota más baja desde 2002, lo que le hacía caer dos décimas con respecto al trimestre pasado. Hemos visto un aumento de ingresos totales de los gobiernos de los países del euro. En el conjunto de la UE, los ingresos totales ascendieron al 44,9% del PIB, una décima menos que entre enero y marzo. Por el contrario, el gasto se redujo en dos décimas hasta el 45,2% del PIB.
La deuda pública se redujo en el segundo trimestre seis décimas en la eurozona, hasta el 86,3% del PIB. Así, el indicador macro ha caído medio punto hasta el 8% del PIB en los 28 países de la Unión Europea.
En comparación con el segundo trimestre de 2017, la deuda cayó tanto en la eurozona (del 89,2% al 86,3%) como en el conjunto de la UE (del 83,4% al 81%). Si se compara con el primer trimestre de 2018, un total de 22 Estados miembros registró descensos en sus niveles de deuda mientras que seis países observaron aumentos.
La confianza del consumidor ha caído a -2,7 pero ha quedado por encima de las previsiones (se esperaba que fuese -3). Por lo tanto, ha sido un dato negativo, pero mejor de lo esperado. Los últimos dos meses el dato fue de -2,9, por lo que la cifra alcanzada es una mejora en la perspectiva de los consumidores, aunque pequeña.
En conclusión, son datos en general positivos de cara al futuro, aunque es importante que se reduzcan tanto el déficit como la deuda pública para prepararse de cara a una normalización de la política monetaria. No obstante, el hecho de que la UE haya rechazado los presupuestos italianos sin contar con un plan B, así como la falta de avance en las negociaciones con el brexit, seguirá pesando en los mercados europeos.
