El Banco de Inglaterra (BoE) sigue los pasos de la Fed e incrementa la presión sobre el BCE

• El Banco de Inglaterra (BoE) recorta los tipos de interés medio punto, hasta el 0,25%.
• El mercado ya descontaba una baja de tipos en su encuentro del 26 de marzo.
• Toda la presión ahora se centra en el Banco Central Europeo (BCE) cuyo Consejo de Gobierno se reúne mañana en Fráncfort.

El Comité de Política Monetaria (MPC) del Banco de Inglaterra (BoE) se ha reunido hoy de urgencia para acordar un recorte de los tipos de interés de referencia de medio punto porcentual, desde el 0,75% al 0,25%.

Ni la guerra comercial ni el Brexit: finalmente el factor que ha hecho al banco central del Reino Unido anunciar su primer movimiento en los tipos de interés desde el mes de agosto de 2018 ha sido la irrupción del coronavirus en occidente y su potencial efecto en la economía británica.

“El papel del Banco de Inglaterra es ayudar a las empresas y hogares del Reino Unido a superar el shock económico que podría ser abrupto y grande, pero temporal. (…) A pesar de que la magnitud económica del shock provocado por el Covid-19 es altamente incierta, la actividad es muy probable que se debilite sustancialmente en el Reino Unido durante los próximos meses”, indica la institución en su comunicado.

Tras la decisión anunciada por la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos el pasado martes, el mercado daba también por descontado que la máxima autoridad monetaria británica se vería obligada a hacer lo propio en su encuentro del próximo día 26 de marzo, sin embargo, al igual que hiciese la entidad estadounidense, el BoE ha optado por no esperar siquiera a dicha reunión para pasar a la acción.

Con este movimiento, el Banco de Inglaterra vuelve a llevar los tipos de interés a su mínimo histórico, en el que ya se situaron durante más de un año, entre los meses de agosto de 2016 y octubre de 2017, nada más conocerse la decisión del referéndum sobre el Brexit.

El Banco de Inglaterra realiza el primer movimiento de medio punto de los tipos desde 2009

De igual modo, este supone el primer movimiento de los tipos de interés de más de un cuarto de punto porcentual llevado a cabo por el Banco de Inglaterra desde el mes de marzo de 2009, cuando la quiebra de Lehman Brothers obligó a la entidad a afrontar un vertiginoso reajuste de sus tipos de interés que llevó las tasas directoras desde el 5%, en el que se encontraban en septiembre de 2008, hasta el 0,5% en tan solo seis meses.

Así las cosas, con esta iniciativa, el BoE se suma a otros grandes bancos centrales que ya han seguido los pasos de la Fed y han recortado sus tipos de interés de referencia para tratar de combatir los efectos del coronavirus en la economía, como el Banco de Canadá (-50 puntos básicos), o el Banco de la Reserva de Australia (-25 pb).

Todas las miradas se dirigen ahora hacia la decisión del Banco Central Europeo (BCE)

Tras el movimiento de Londres, todos los ojos se vuelven ahora hacia Fráncfort, donde mañana se reunirá el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE), y la presión para que la institución también adopte medidas va en aumento.

Sin embargo, el margen de movimiento para el banco de bancos europeos es mucho más reducido, toda vez que sus tipos de interés de referencia se encuentran ya en el cero absoluto (0,00%) desde comienzos del año 2016, antes incluso de conocer los resultados del referéndum por el Brexit.

El BCE, ante la disyuntiva de llevar los tipos a negativo o ampliar el QE

La única forma, por tanto, que tendría la entidad de seguir acomodando su política monetaria sería llevar los tipos principales a niveles negativos por primera vez en su historia, o seguir agudizando por debajo de cero los de facilidad de depósito, que ya se encuentran actualmente en el -0,50%.

La otra opción que podría adoptar la entidad sería tratar de incrementar la liquidez al sistema e incrementar para ello la cuantía destinada actualmente al programa de compra de activos, una medida que podría encontrar la fuerte oposición de los estados del centro de Europa, como Alemania o Austria, tradicionalmente grandes detractores de este tipo de políticas.

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