Lagarde rebaja ligeramente el tono acomodaticio y el BCE pondrá números a la “estabilidad” de precios

• Christine Lagarde (BCE) dice que los riesgos para el crecimiento económico están “algo menos inclinados” al lado negativo.
• La entidad todavía defiende que será necesario un amplio grado de acomodamiento en sus políticas.
• La revisión estratégica de la política monetaria del BCE tratará de establecer una referencia más cuantificable de lo que es la “estabilidad de precios”.

A un ritmo muy lento y sin dejar el tono marcadamente acomodaticio que ha mantenido la entidad en los últimos años -especialmente en la segunda mitad de 2019-, la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christina Lagarde, ha mostrado hoy un discurso ligeramente menos ‘dovish’, con una visión más optimista sobre la evolución de la economía.

Evidentemente, el tono empleado dista mucho todavía de un escenario en el que se le pueda quitar la etiqueta de “paloma”, pero la tregua comercial entre Estados Unidos y China ha ayudado a mejorar la visión que mantiene el banco de bancos europeos sobre las perspectivas del conjunto de la economía europea.

Los riesgos para el crecimiento de la región siguen inclinándose del lado negativo, pero lo hacen algo menos de lo que lo hacían meses atrás, gracias al menor grado de incertidumbre existente toda vez que Washington y Pekín han enterrado el hacha de guerra.

En su segunda rueda de prensa al frente de la entidad, sin pañuelo al cuello, pero con un pin de un búho en la solapa en un claro guiño a su comentario de la primera reunión en la que se definió a sí misma como tal, Lagarde ha ido salpicando estas notas más positivas con los mensajes tradicionales del banco, como el hecho de que es necesario que la política monetaria se mantenga acomodaticia o que los estados con capacidad para adoptar medidas fiscales que estimulen la economía deben hacerlo.

Los bajos tipos de interés, una de las razones del BCE para revisar su estrategia monetaria

En relación con el gran tema del día, la revisión estratégica de la política monetaria de la entidad, la primera espada del banco de bancos europeos se prodigó realmente poco; hizo referencia a la publicación de un comunicado tras la rueda de prensa en los primeros minutos de su intervención, e indicó que las conclusiones de dicho proceso deberían estar listas para ser anunciadas en el mes de diciembre.

Pero lo cierto es que la nota oficial publicada tras su comparecencia tampoco entra mucho más allá. La entidad esgrime como razones para llevar a cabo esta revisión los “cambios estructurales profundos” que ha experimentado la economía mundial desde la última revisión de la estrategia del BCE llevada a cabo en 2003.

Entre estos factores, la institución comunitaria apunta a las rebajas generalizadas de los tipos de interés que “han reducido el margen de los bancos centrales para relajar la política monetaria empleando instrumentos convencionales”.

El BCE definirá de una forma más medible lo que supone la “estabilidad” de precios

Respecto a los objetivos de este plan, el BCE espera poder al fin acotar de una forma más cuantificable lo que se entiende como “estabilidad de precios” que estará llamado a reemplazar el actual mantra de la entidad de que los precios se acerquen al 2% pero sin sobre pasar este nivel (“close but below”).

En este proceso, anunciado oficialmente en el día de hoy, la entidad también someterá a escrutinio sus propias prácticas de comunicación, la eficacia de las herramientas de política monetaria utilizadas en la última década (se entiende que convencionales y no convencionales), así como la forma en la que el BCE evalúa los riesgos para la estabilidad de precios.

Además de por la lanzamiento oficial de revisión, la reunión de hoy también pasará a la historia por suponer el debut oficial de dos nuevos miembros del Consejo de Gobierno: la alemana Isabel Schnabel que, sustituye a la dimitida Sabine Lautenschläger; y Fabio Panetta, que reemplaza al francés Benoit Coeuré, quien ya ejerce como director del Centro de Innovación del Banco de Pagos Internacionales (BPI), pero que seguirá manteniendo vínculos de la entidad al ser nombrado copresidente del grupo conjunto que esta entidad y otros bancos centrales han puesto en marcha para estudiar posibles casos de implantación de una divisa digital por parte de un banco central.

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