Las acciones de la compañía se encuentran actualmente un 31,07% por debajo del máximo de las últimas 52 semanas, que fue 9,123 euros. El mínimo de 52 semanas es de 6,592 euros, situándose un 5,287% de dicho mínimo.
La acción hoy lleva un volumen de negociación de 592.040 euros, cuando el volumen promedio de los 3 meses es de 4.630.603 euros.
Repsol, que cuenta con una plantilla de 27.410 empleados, finalizó el ejercicio anterior el 31 de diciembre de 2017, logrando ventas de 41.668 millones de euros y un resultado neto de 2.121 millones de euros. El PER de la compañía es de 13,54 en comparación con el PER de su industria que es de 16,87.
La rentabilidad de los fondos propios es del 4,25% en los últimos doce meses; la rentabilidad sobre los activos es del 3,31% y la rentabilidad sobre la inversión del 6,46%. El margen operativo es del 6,37%, por encima del 5% que tomamos como valor referencia. En el lado negativo, el ratio Precio/cash flow es de 10,84 veces, cuando lo ideal es menor de 7 veces (aunque es difícil).
Por otro lado, la deuda se ha reducido considerablemente. El ratio de deuda a largo plazo entre los fondos propios es del 26,46% y la deuda total sobre los fondos propios es del 43,45%, por debajo del 60% que es lo recomendable.
La media de beneficios por acción en los últimos 5 años ha crecido un 8,79%, aunque a media de las ventas en el mismo período ha decrecido un 6,38%.
La rentabilidad por dividendo se sitúa en el 5,15%. El beneficio por acción es constante trimestre a trimestre, mejorando las expectativas en nueve de los últimos once trimestres.
En el análisis fundamental, el precio que calculo sería de 19,99 euros, por encima de la media del consenso y por encima de la recomendación de RBC. No obstante, no entraría en el valor hasta no ver una superación a precios de cierre diario por encima de los 1,7,29 euros.