- Marca un nuevo mínimo más de un año, por debajo de los 2,6 dólares por libra.
- La guerra comercial y la desaceleración de la actividad industrial china afecta a la demanda.
- El dólar, divisa en la que se nominan los contratos, sube frente al resto de monedas.
- Apunta a la novena semana en negativo de las últimas diez.
Los nubarrones que asoman por el horizonte de la economía mundial, con las dos primeras potencias económicas del mundo en plena guerra comercial, siguen golpeando sobre la cotización del cobre, que esta misma semana marcó un nuevo mínimo de 14 meses, por debajo de los 2,6 dólares por libra.
Tras apuntarse un rebote del 2,23% en la sesión de ayer gracias al mejor ánimo de los inversores, los futuros sobre la materia prima, considerados por los analistas como un buen termómetro para calcular la salud de la actividad económica mundial, vuelven a dudar en la sesión de hoy.
El fantasma de la guerra comercial sigue atenazando a los inversores en materias primas, especialmente aquellas que se destinan mayormente a un uso industrial. La desaceleración de la actividad fabril de China conocida el pasado martes ha sido el último golpe para el cobre, que ve ahora como el optimismo generado por la visita de una delegación china a Estados Unidos a finales de mes se va disipando.
La amenaza de nuevas sanciones a Turquía si no libera al pastor estadounidense Andrew Brunson tampoco ayuda en nada a una materia prima cuyos contratos se negocian en dólares. Los inversores de todo el mundo están buscando refugio en el billete verde ante las más mínimas señales de incertidumbre, en detrimento de otras divisas, especialmente la de los mercados emergentes.
Esta pérdida de poder adquisitivo de la mayoría de las monedas a escala mundial castiga también la demanda de un metal que se vuelve más caro para los compradores en otras divisas y que debe ajustar sus precios a la baja para encontrar demanda.
De este modo, el cobre afronta un nuevo cierre semanal en negativo, el noveno de los últimos diez, y eleva las pérdidas acumuladas desde su último máximo relativo, alcanzado el pasado 8 de junio, por encima del 20%. Esta situación permite a los analistas hablar ya de un “bear market” o mercado bajista.