- Los inversores acudieron al dólar como refugio en los meses de verano.
- El 16 de agosto, el oro marcó un mínimo de 19 meses en los 1.160,30 dólares por onza.
- A pesar de la fortaleza del dólar, la materia prima sube desde entonces unos 80 dólares.
Tras ser el gran ignorado en los momentos de mayor tensión internacional en los meses de verano, los inversores vuelven a poner sus ojos en el oro como activo refugio en el que resguardarse y elevan la cotización de la materia prima hasta rozar los 1.240 dólares por onza.
Después de superar los 1.365 dólares a comienzos de abril, el mercado perdió todo interés en el preciado metal y su cotización se vio envuelta en una vorágine de órdenes de venta que llevaron a la materia prima a marcar un mínimo de 19 meses el pasado 16 de agosto en los 1.160,30 dólares por onza, en un rally bajista que se prolongó durante cuatro meses y que supuso un zarpazo del 15% para el metal de los dioses.
Durante ese periodo, el mercado no ha estado exento de agitación, volatilidad y momentos de máxima aversión al riesgo que, en circunstancias normales, deberían haber atraído a los inversores al oro, pero en lugar de eso, optaron por apostar por la divisa estadounidense.
Apoyado por el respaldo incondicional de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos y de unos datos macroeconómicos que superaban una y otra vez las estimaciones del mercado, el billete verde se mostró como el gran beneficiado del temor recurrente del mercado durante todo el verano a una escalada de las tensiones entre las dos primeras potencias económicas del mundo que empezaban a hacer sonar los tambores de una guerra comercial.
Ni la crisis con Turquía, ni los crecientes problemas de los mercados emergentes consiguieron entonces hacer que los inversores pensaran en el oro como una opción en la que guarecerse. Había miedo en el mercado, pero no tanto como acudir al preciado metal y lo hacían, en su lugar, a la divisa del Tío Sam.
El mercado vuelve a acudir al oro ante la mayor aversión al riesgo
Ahora, sin embargo, con la rentabilidad de los bonos estadounidenses muy instalada por encima del 3% y subiendo, con Italia amenazando con abrir una nueva crisis en la eurozona y las tensiones geopolíticas creciendo en Oriente Próximo, los inversores se curan en salud y apuestan por entrar al oro tras las caídas y estar ya posicionados ante un eventual descalabro de la renta variable.
De este modo, la cotización al contado del oro rebota casi 80 dólares por onza y pone sus ojos de nuevo en el nivel de los 1.250 dólares que no visita desde el pasado 11 de julio. Esta situación se produce a pesar de la fortaleza del dólar estadounidense, que se mantiene ahora en niveles superiores incluso a los registrados en el mes de agosto.
De forma contraria a lo que indica la lógica del merado, según la cuál una subida del dólar se traduce en una caída del oro, ambos activos han visto como su cotización se ha ido revalorizando desde comienzos del mes de septiembre.
Esta situación (oro al alza pese a la fortaleza del dólar) podría seguir registrándose en las próximas fechas si las tensiones en la escena internacional continúan acentuando la aversión al riesgo y la situación de Italia y los pobres avances en las negociaciones por el Brexit siguen debilitando al euro (la evolución de la divisa comunitaria tiene un peso cercano al 60% en el índice dólar).