- El IPC subyacente se desacelera también en una décima.
- Los precios de la energía sitúan la lectura central de la inflación en el objetivo del BCE.
- El mandato único de la autoridad monetaria es que la inflación se mantenga próxima, pero por debajo del 2%.
- Aunque el mercado no esperaba esta desaceleración, la reacción de los inversores a la publicación del dato ha sido muy moderada.
El índice de precios al consumidor (IPC) se contrajo una décima en el mes de agosto hasta el 2,0%, por la desaceleración de los productos energéticos, según ha avanzado hoy la Oficina Europea de Estadística, Eurostat, en su primera estimación sobre este indicador.
Asimismo, la inflación subyacente, que excluye para su cálculo los elementos más volátiles de la cesta de la compra como los carburantes y los alimentos frescos, se desinfla también una décima, en el octavo mes del octavo mes del año en curso, del 1,1% al 1,0%.
En concreto, el principal causante de la desaceleración de la lectura central del IPC se encuentra en el menor avance de los precios de la energía, que se encarecen un 9,2% interanual en agosto frente al 9,5% registrado en julio. A mucha distancia de esta partida del gasto de los hogares, la alimentación, las bebidas y el tabaco se apreciaron un 2,5% en la comparativa anual en agosto (+2,5% en julio), el coste de los servicios se incrementó un 1,3% (+1,4% en julio) y el de los bienes industriales no energéticos un 0,3% (+0,4% en julio).
Esta desaceleración de la inflación ha pillado por sorpresa a los inversores, que esperaban una repetición de los resultados del mes anterior, pero la reacción ha sido muy tímida en un mercado de divisas muy condicionado por las dificultades crecientes de los países emergentes, personalizadas en esta ocasión por Argentina y Turquía, así como por el recrudecimiento de las tensiones comerciales en la escena internacional.
Estos resultados, pese estar en línea con el objetivo único del Banco Central Europeo (BCE), que la inflación se sitúe próxima al 2%, sin sobre pasar esta cota, no acaban de ser del todo buenos para la entidad ya que la inflación subyacente no da las señales de recuperación que ha defendido la autoridad monetaria en sus últimas intervenciones.
La cesta de la compra se encarece, básicamente, por el repunte de los precios del crudo en el último año, no por un aumento de la demanda de bienes y servicios dentro de la eurozona. Esta situación, resta presión a la institución para subir los tipos de interés en un futuro cercano, lo que sigue enervando los ánimos de los “halcones” de los bancos centrales del norte y centro de Europa, que ven cómo un escenario de bajos tipos de interés penaliza los ahorros de sus ciudadanos.
Así, el par EUR/USD registró una tímida reacción bajista desde los 1,1671 hasta los 1,1660 euros por acción, con el índice dólar moviéndose plano en torno a los 94,6 puntos.