- La inesperada expansión del sector fabril estadounidense en agosto evita caídas mayores en la Bolsa de Nueva York.
- El miedo a la guerra comercial y sus efectos en la economía siguen siendo el gran catalizador del mercado.
- Los inversores dan un voto de confianza al Gobierno italiano y el FTSE MIB se desmarca con una subida.
- El sector servicios de China se desacelera más de lo esperado y vuelve a encender las alarmas.
- Los futuros de Wall Street apuntan a una apertura a la baja en Nueva York.
El temor a una guerra comercial se recrudece y provoca caídas de más de medio punto porcentual en los principales índices europeos en la apertura de la sesión del miércoles. La finalización mañana del plazo de consultas públicas de los aranceles en Estados Unidos permitirá a Donald Trump dar luz verde en cualquier momento a la entrada en vigor de una nueva ronda de gravámenes adicionales del 25% sobre productos chinos por valor de 200.000 millones de dólares.
Además, parece que las cámaras estadounidenses no podrán fácil a Trump renovar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN/NAFTA) sin contar con Canadá, cuyo primer ministro, Justin Trudeau, sostenía ayer que no está dispuesto a ceder en sus principales demandas. Washington y Ottawa retomarán hoy las conversaciones tras el fiasco del pasado viernes, fecha que se había marcado en un principio para llegar a un acuerdo entre ambas partes.
Por su parte, los mercados emergentes siguen danto motivos de preocupación y las crisis financieras que viven Argentina y Turquía está comenzando a arrastrar a otros emergentes como Brasil, Sudáfrica o Indonesia; mientras que las negociaciones por el Brexit parecen haberse estancando, en un momento en el que 6 de cada 10 ciudadanos se mostraría contrario a abandonar la Unión Europea en estos momentos, según datos de un reciente estudio realizado por el instituto de investigación social NatCen.
Ante este escenario, superada la primera hora de negociación, solo el FTSE MIB se situaba en territorio positivo en Europa, con un avance del 0,25%, ante el nuevo voto de confianza que el mercado ha depositado en el Gobierno romano para que cumpla el objetivo del déficit. En el resto de grandes plazas, el Cac 40 lideraba las caídas, con un retroceso del 0,87%, por delante del Euro Stoxx 50 (-0,78%), el Dax alemán (-0,65%), el Ibex 35 (-0,55%) y el FTSE 100 (-0,38%).
En Asia y Pacífico la huida de la renta variable ha sido todavía más acusada esta madrugada. El índice PMI de servicios de Caixin ha mostrado una marcada desaceleración del sector servicios de China en el mes de agosto (51,5 vs. 52,7 esperado) lo que ha castigado con más dureza a los selectivos del país. Así, el Hang Seng de Hong Kong encabezó los descensos en la región (2,69%), seguido por el China A50 (-2,49%), el índice compuesto de Shenzhen (-1,78%) y el de Shanghái (-1,68%).
Fuera del gigante asiático, las pérdidas llegaron al 1,03% en el Kospi surcoreano, al 1,00% en el ASX 200 australiano y al 0,44% en el Nikkei 225 japonés.
Al otro lado del pacífico, la inesperada expansión del sector manufacturero estadounidense evitó pérdidas mayores, pero las principales referencias de la Bolsa de Nueva York cerraron en negativo, con descenso del 0,45% para el Russell 2000, del 0,23% para el Nasdaq, del 0,17% para el S&P 500 y del 0,05% para el Dow Jones.
Para el día de hoy, por el momento, los futuros sobre estos índices siguen reflejando el mayor pesimismo del mercado y apuntan a una nueva jornada a la baja en Wall Street, con descensos que van desde el 0,32% en el índice de empresas de pequeña capitalización, al 0,45% del selectivo de tecnológicas.