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¿Qué son las agencias de rating y cómo funcionan?

Las agencias de rating o de calificación de riesgo desempeñan una de las funciones más importantes en los mercados financieros. Veremos qué son las agencias de rating, cómo funcionan y quién las regula.

Gráfico de datos Fuente: Bloomberg

¿Qué son las agencias de rating?

Las agencias de rating pueden dar una calificación de riesgo crediticio a empresas individuales, acciones, bonos del Gobierno, corporativos o municipales, valores respaldados por hipotecas, swaps de incumplimiento crediticio y obligaciones de deuda garantizada. El riesgo crediticio muestra la probabilidad de que un prestatario incumpla sus obligaciones de devolver un préstamo.

La calificación que se haya dado a uno de esos valores puede utilizarse para determinar si se trata de una oportunidad de inversión o especulativa. Los valores de mayor calificación son de grado de inversión, y los de menor calificación son más especulativos.

Esto significa que un participante en el mercado puede desear comprar directamente o ir a largo plazo en valores de grado de inversión, pero tal vez le interese utilizar derivados financieros como los CFD para especular con los movimientos de precios de los valores que podrían tener una tasa implícita de riesgo crediticio más alta.

Los CFD permiten tanto ir largo sobre el precio de un activo subyacente, como ir corto. Esto los convierte en productos financieros populares, a través de los cuales los participantes de mercado toman una posición sobre los valores con una calificación crediticia más especulativa.

¿ Cómo funcionan las agencias de rating?

Las agencias de rating asignan un valor al riesgo crediticio de diferentes valores como bonos y préstamos. Por ejemplo, AAA se considera en el sector como la calificación más alta, y las calificaciones AAA, AA, A y BBB se consideran en general valores de calidad de inversión.

Las calificaciones de BB o inferiores son especulativas, y denotan un mayor riesgo crediticio o de incumplimiento en el valor subyacente. Sin embargo, esto suele ir acompañado de una inversión inicial con un rendimiento potencialmente mayor.

Aunque utilizan clasificaciones alfabéticas, las agencias de rating no suelen dar una probabilidad numérica al riesgo de incumplimiento (como 10%, 20% o 30%). En su lugar, utilizan declaraciones como “la capacidad del deudor (prestatario) para cumplir sus compromisos financieros sobre la obligación (de reembolsar al prestamista) es extremadamente fuerte”1.

Sin embargo, se acepta en general que los valores con calificación AAA y AA tienen un riesgo de incumplimiento inferior al 1%, y la probabilidad de incumplimiento aumenta para cada calificación posterior.

Las agencias de rating suelen tener analistas que recomiendan una calificación y luego un comité que vota sobre la recomendación. Los analistas utilizan información como datos sobre los antecedentes, previsiones de gestión, informes de riesgo y previsiones de rendimiento.

También pueden tener en cuenta datos macroeconómicos, datos proporcionados por una empresa, un banco o un Gobierno que se esté examinando, o cualquier información de dominio público sobre el valor examinado para obtener una calificación. Una vez que los analistas han reunido suficientes datos e información para dar una recomendación, habrá una etapa previa al comité y luego una etapa de comité.

La etapa previa al comité sirve para evaluar si el proceso de calificación completo debe continuar: si no hay suficiente información disponible para dar una recomendación, se puede suspender el proceso de calificación. Si se decide que el proceso debe continuar, la calificación recomendada se presentará a un comité para su revisión.

Al comité se le proporciona un paquete de revisión que contiene las conclusiones de los analistas y la justificación de la calificación recomendada. El comité examina las conclusiones del paquete de revisión y determina si la recomendación indicada por los analistas es correcta.

A esta determinación se llega mediante el voto de los miembros del comité, que se eligen en función de su experiencia y antigüedad. No obstante, los distintos organismos pueden tener criterios ligeramente diferentes para seleccionar a los miembros del comité. Los miembros votan entonces sobre la calificación recomendada y aprueban dicha calificación, o bien asignan una calificación crediticia diferente basada en una decisión mayoritaria.

Las calificaciones se presentan siempre solo como opiniones de una agencia concreta, pero los participantes del mercado utilizan varias agencias para determinar una calificación agregada de riesgo crediticio.

Las 3 principales agencias de rating

Las tres grandes agencias de rating, Moody's, Standard and Poor's (S&P) y Fitch Ratings, controlan alrededor del 95% de las calificaciones crediticias de los mercados financieros. Otras agencias de rating que desempeñan funciones similares a las tres grandes son Dunn and Bradstreet, DBRS y Bureau van Dijk. A continuación, se incluye más información sobre “las tres grandes” y sus respectivos sistemas de calificación.

  1. Moody’s
  2. Standard and Poor’s (S&P)
  3. Fitch Ratings
Cuota de mercado de agencias de rating

Moody's

Moody's (MCO) es la primera de “las tres grandes” de las que hablaremos aquí. Fue fundada en 1909 y cotiza en la Bolsa de Valores de Nueva York (NYSE). También forma parte del índice del mercado de valores S&P 500, que mide el rendimiento de las 500 empresas más grandes de EE. UU.

Moody's da calificaciones tanto para la calidad de la inversión como para la calidad especulativa, con una calidad de inversión que va de Aaa a Baa, y una calidad especulativa que va de Ba a C. Esta escala difiere ligeramente de la de S&P y Fitch Ratings, como se verá claramente en secciones posteriores.

Moody's añade modificadores numéricos de 1, 2 y 3 a sus clasificaciones desde Aa hasta Caa, lo que cambia la fortaleza de la calificación. El número 1 indica que la calificación está en el extremo superior de la clasificación, mientras que el 2 está en el medio y el 3 está en la parte inferior. Por ejemplo, Moody's podría dar una calificación de Aa2 en la clasificación Aa, que tendría un nivel de riesgo crediticio inferior al de Aa3.

La escala de calificación de Moody's denota el nivel de riesgo crediticio implícito y las puntuaciones son las siguientes:

Grado de inversión de Moody's

AAA Nivel mínimo de riesgo crediticio
Aa1/Aa2/Aa3 Nivel muy bajo de riesgo crediticio
A1/A2/A3 Nivel bajo de riesgo crediticio
Baa1/Baa2/Baa3 right">Riesgo crediticio moderado

Grado especulativo de Moody's

Ba1/Ba2/Ba3 Riesgo crediticio sustancial
B1/B2/B3 Riesgo crediticio alto
Caa1/Caa2/Caa3 Riesgo crediticio muy alto
Ca Es probable que esté en situación de incumplimiento o muy cerca de estarlo, pero existe la posibilidad de recuperar el capital
C En incumplimiento, con pocas posibilidades de recuperar el capital

Los participantes de mercado pueden optar por comprar bonos, acciones u otros valores clasificados desde Aaa a Baa3 directamente, ya que a estos se les da la menor probabilidad de riesgo crediticio y el reembolso de una inversión inicial es muy probable. También pueden especular sobre el precio de estos bonos de calidad de inversión con futuros de bonos.

Los futuros de bonos pueden seguir fluctuando en su precio al alza y a la baja, independientemente de la calificación del bono subyacente, porque, aunque su valor se deriva del bono en cuestión, no son bonos físicos en sí.

Más información sobre el trading de futuros de bonos

En el caso de los grados especulativos, los participantes de mercado pueden optar por ir corto en ciertos valores y apostar que los prestatarios serán incapaces de pagar sus obligaciones financieras. En este escenario, el inversor obtendrá un beneficio si los préstamos no se reembolsan. Esto puede suceder si un Gobierno no paga el valor total de un bono a su vencimiento o si los consumidores no hacen los pagos de su hipoteca.

También existen futuros de bonos para muchas inversiones de grado especulativo, que ofrecen la misma oportunidad de ir largo o corto en el bono subyacente, independientemente de la calificación del bono físico.

Standard and Poor's (S&P)

Standard and Poor's (S&P) fue fundada en 1941. La empresa es una subsidiaria de S&P Global, que cotiza en la Bolsa de Valores de Nueva York y es un componente del S&P 500. S&P, como agencia de calificación, proporciona estudios y análisis financieros sobre una gama de valores y mercados, incluyendo bonos, acciones, compañías y productos básicos.

S&P utiliza un sistema de calificación ligeramente diferente al de Moody's. Por ejemplo, S&P utiliza modificadores como “+” o “–” para denotar una calificación de mayor calidad dentro de la misma categoría, y aplica estos modificadores a las calificaciones, que van desde AA hasta CCC.

En la escala de calificación de S&P, las obligaciones financieras se refieren a la capacidad del prestatario de devolver el valor de un préstamo:

El grado de inversión de Standard and Poor's

AAA La probabilidad de que un prestatario cumpla sus obligaciones financieras es extremadamente alta
AA+/AA/AA- La probabilidad de que un prestatario cumpla sus obligaciones financieras es muy alta
A+/A/A- La probabilidad de que un prestatario cumpla sus obligaciones financieras es alta
BBB+/BBB/BBB- La probabilidad de que un prestatario cumpla sus obligaciones financieras es suficiente

El grado especulativo de Standard and Poor's

BB+/BB/BB- La probabilidad de que un prestatario cumpla sus obligaciones financieras no es suficiente
B+/B/B- Más vulnerable que los prestatarios calificados como BB, pero existe la probabilidad de que un prestatario cumpla sus obligaciones
CCC+/CCC/CCC- Vulnerable, cumplir con sus obligaciones requiere condiciones económicas favorables
CC Altamente vulnerable y el incumplimiento es prácticamente una certeza
SD/D El prestatario ya ha incumplido una o más de sus obligaciones financieras

Con las calificaciones de S&P, es probable que los participantes de mercado prefieran comprar bonos o préstamos con calificación AAA a BBB- directamente porque la probabilidad de que el prestatario no incumpla sus obligaciones de préstamo es más alta. Los valores con calificación BBB- suelen estar asociados a inversiones con un rendimiento inicial más atractivo, debido al riesgo implícito de incumplimiento ligeramente superior al de otros valores calificados como inversión.

Estas inversiones pueden ser más adecuadas para los participantes de mercado con un mayor apetito de riesgo o que prefieren valores ligeramente más volátiles. En este caso, es importante contar con una estrategia eficaz de gestión del riesgo antes de comprometer dinero en este tipo de préstamos, empresas o bonos.

Los bonos y otros valores con calificación BB+ o inferior se conocen como de alto rendimiento, porque los riesgos son mayores que los de los valores de grado de inversión, pero también lo son los posibles rendimientos. Por eso, estas calificaciones se conocen como especulativas.

Fitch Ratings

Fitch Ratings fue fundada en 1914 y es una subsidiaria de Hearst Communications. Debido a que Hearst Communications es una empresa privada, los inversores y comerciantes no pueden operar con sus acciones en un mercado.

Fitch Ratings asigna los mismos modificadores que S&P (“+” o “–”) a sus calificaciones para denotar una calificación de mayor calidad dentro de la misma categoría, de AA a CCC. Las calificaciones de Fitch indican si existe un riesgo de incumplimiento de un bono, préstamo u otra obligación financiera subyacente.

Las calificaciones crediticias de Fitch son las siguientes:

Grado de inversión de Fitch Ratings

AAA Riesgo de incumplimiento extremadamente bajo
AA+/AA/AA- Riesgo de incumplimiento muy bajo
A+/A/A- Riesgo de incumplimiento bajo, pero ligeramente vulnerable a las condiciones económicas
BBB+/BBB/BBB- Riesgo de incumplimiento bajo, pero más vulnerable a las condiciones económicas

Grado especulativo de Fitch Ratings

BB+/BB/BB- Posible riesgo de incumplimiento, vulnerable a las condiciones económicas
B+/B/B- Elevado riesgo de incumplimiento
CCC+/CCC/CCC- Posibilidad real de incumplimiento
CC Incumplimiento probable
C Es probable que esté en incumplimiento o muy cerca de estarlo
RD/D Ha habido un incumplimiento

Con Fitch, los participantes de mercado pueden optar por comprar o invertir directamente en valores con una calificación desde AAA hasta BBB- porque tienen el menor riesgo de incumplimiento y se consideran la opción “más segura” de obtener un rendimiento de una inversión inicial.

Las calificaciones especulativas de Fitch pueden indicar rendimientos más altos, pero el riesgo de incumplimiento es mucho mayor. Por ejemplo, en octubre de 2019, Fitch Ratings bajó la calificación crediticia de Metro Bank (MTRO) de BB+ a BB, después de que el banco clasificara erróneamente préstamos en enero de 2019 y cancelara una oferta de bonos al 7,5% a finales de septiembre de 2019. Esta bajada de la calificación de Fitch mostraba que se consideraba que el Metro Bank tenía un riesgo ligeramente mayor de incumplimiento, tras el fracaso de su oferta de bonos de alto rendimiento.

El papel de las agencias de rating en la crisis financiera

Muchos analistas del mercado coinciden en que las agencias de rating contribuyeron a la crisis financiera de 2008. “Las tres grandes” clasificaron erróneamente varios préstamos e hipotecas basura, conocidas como de alto riesgo o subprime, como de calidad de inversión AAA, AA, A o BBB. Se descubrió que estos préstamos no tenían ningún valor después de que estallara la burbuja inmobiliaria de EE. UU., lo que causó la posterior crisis financiera.

Para explicarlo adecuadamente, debemos ver qué pasó exactamente para causar la crisis financiera de 2008. Ya en 1999, los bancos empezaron a vender un número cada vez mayor de hipotecas de alto riesgo a los clientes. Todo préstamo clasificado como tal, se vende generalmente a consumidores con una calificación crediticia baja o con ahorros inferiores a la media. Por lo tanto, los préstamos subprime conllevan un alto riesgo inherente de incumplimiento.

Sin embargo, muchos bancos e instituciones financieras agruparon estas hipotecas de alto riesgo en un único valor respaldado por hipotecas (MBS, por sus siglas en inglés). Estos valores resultaron ser populares entre los inversores, y el mercado fue muy rentable mientras los precios de las casas siguieron subiendo y los propietarios siguieron atendiendo puntualmente los pagos de sus hipotecas.

A muchos de los valores respaldados por hipotecas se les asignó una calificación de BBB o superior. En primer lugar, se hizo así porque estaban respaldados por swaps de incumplimiento crediticio, que son una forma de seguro para el prestamista, en caso de que el prestatario incumpla los términos del préstamo y no lo pague.

En segundo lugar, si una agencia de rating no otorgaba una calificación alta, los bancos o las compañías podían simplemente acudir a la competencia para obtener la calificación que deseaban. Los bancos y las compañías creían que el riesgo de incumplimiento era extremadamente bajo por el simple hecho de que la gente no dejaba de pagar sus hipotecas.

Sin embargo, muchas de estas hipotecas de alto riesgo eran hipotecas de tasa ajustable (ARM). Los tipos de interés de las ARM empiezan siendo pequeños, lo que hace que la hipoteca sea atractiva en un principio para los compradores, para luego empezar a subir de forma constante con el tiempo. Sin embargo, muchos prestatarios no comprendieron plenamente las condiciones de los préstamos que contrataban y comenzaron a incumplir sus obligaciones a medida que aumentaban los tipos de interés.

Conforme la gente comenzó a dejar de pagar sus hipotecas, la burbuja inmobiliaria comenzó a explotar y todo el mercado de valores respaldados por hipotecas y swaps de incumplimiento crediticio se derrumbó con ella.

Se sostiene que si las agencias de rating no hubieran dado altas calificaciones a los valores respaldados por hipotecas antes de la crisis financiera, nunca habría habido un mercado para ellos y los bancos o las empresas habrían tenido dificultades para venderlos a los inversores.

Al otorgar a estos valores respaldados por hipotecas calificaciones de grado de inversión, las agencias de rating les pusieron su sello de aprobación, lo que hizo que los participantes de mercado creyeran que no estaban expuestos a niveles excesivos de riesgo crediticio. De hecho, estos valores respaldados por hipotecas eran engañosamente arriesgados.

Los inversores que se dieron cuenta de que el crecimiento era insostenible y apostaron contra el mercado inmobiliario de EE. UU. consiguieron grandes beneficios, a expensas de los consumidores estadounidenses que incumplieron los pagos de sus hipotecas y perdieron sus casas.

¿Quién regula las agencias de rating?

Tras la crisis financiera de 2008, se aumentó la regulación relativa a las agencias de rating. Esto fue más notable en EE. UU., con la introducción de la ley de reforma de Wall Street y protección al consumidor Dodd-Frank, que se aprobó en 2010.

La legislación creó requisitos para evitar que ningún banco creciese tanto como para quebrar, así como para revisar los rescates bancarios de la Reserva Federal (Fed) y vigilar los derivados de alto riesgo. También estableció una serie de nuevos organismos encargados de la supervisión dentro del sistema financiero estadounidense y mundial, con la esperanza de que el aumento del escrutinio en Estados Unidos ayudase a evitar que se repita la crisis financiera de 2008.

Las agencias de rating están reguladas por diferentes organizaciones dependiendo de la zona geográfica. Por ejemplo, la Comisión de Valores y Bolsa (SEC, por sus siglas en inglés) se encarga de regular las agencias de rating con sede en Estados Unidos.

En la Unión Europea, la Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA, por sus siglas en inglés) regula las agencias de rating; en el Reino Unido, esta función la desempeña la Autoridad de la Conducta Financiera (FAC, por sus siglas en inglés) y, en España, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). En su capacidad reguladora, la ESMA tiene el objetivo de garantizar “la integridad, la responsabilidad, la buena gestión y la independencia de las actividades de calificación crediticia para asegurar calificaciones de calidad y altos niveles de confianza de los inversores”2.

Resumen de las agencias de rating

  • Las agencias de rating proporcionan una evaluación del riesgo crediticio implícito para las compañías, las acciones, los bonos gubernamentales, corporativos o municipales, los valores respaldados por hipotecas y las obligaciones de deuda garantizadas.
  • Hay tres agencias de rating principales, conocidas como “las tres grandes”: Moody's, Standard and Poor's y Fitch Ratings
  • Standard and Poor's y Fitch Ratings utilizan la misma escala de calificación y modificadores, mientras que Moody's utiliza modificadores ligeramente diferentes para denotar información similar.
  • Muchos atribuyen a las agencias de rating parte de la responsabilidad del colapso financiero de 2008, ya que asignaron incorrectamente calificaciones de bajo riesgo a hipotecas y préstamos de alto riesgo.
  • Tras la crisis, las agencias de rating fueron sometidas a un mayor escrutinio y la agencia responsable de la supervisión varía según la ubicación geográfica.

Notas a pie de página

1 S&P Global Ratings, 2019 (información disponible en inglés)
2 ESMA, 2019 (información disponible en inglés)

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