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Las opciones/productos cotizados son instrumentos financieros complejos. El trading de estos instrumentos está asociado a un riesgo elevado de perder dinero rápidamente. Las opciones/productos cotizados son instrumentos financieros complejos. El trading de estos instrumentos está asociado a un riesgo elevado de perder dinero rápidamente.

¿Cuáles son los mejores mercados para operar en el 2019?

Echamos un vistazo a los mejores mercados para operar en 2019 y lo que nos espera en los mercados de acciones, forex, materias primas y criptodivisas al entrar en el nuevo año.

Bolsa de Nueva York Fuente: Bloomberg

¿Cuáles son los mercados clave para operar?

Existe una amplia variedad de mercados disponibles para operar. Aunque están entrelazados entre sí, todos tienen características y factores diferentes que pueden ofrecer oportunidades únicas a los inversores. Estos incluyen:

  • Bolsas de valores: donde se emiten, compran y venden acciones de compañías que cotizan en bolsa
  • Mercados forex: donde los inversores compran, venden, intercambian y especulan con divisas como el dólar estadounidense, la libra esterlina o el euro
  • Mercados de materias primas: donde se comercializan materias primas y productos primarios, como el petróleo, el oro y los productos agrícolas
  • Mercados de criptodivisas: donde los inversores comercian y especulan con activos digitales como bitcoin o Ethereum
  • Mercados de bonos: donde se emiten y negocian valores distintos de acciones, también conocidos como el mercado de deuda o de crédito
  • Mercados de derivados: donde se realizan operaciones con valores financieros que obtienen su valor de los activos subyacentes, lo que permite a los inversores especular con una gama más amplia de elementos, como los tipos de interés o la volatilidad de los mercados financieros

¿Qué ocurrirá con los principales mercados de negociación en 2019?

«Estamos hablando de una desaceleración en el ritmo del crecimiento económico, no necesariamente del final de la expansión», declara Kate Moore, estratega principal de acciones en el BlackRock Investment Institute.

2018 ha sido un año mixto para los mercados y parece que el mejor de los rendimientos observados en los últimos siete u ocho años ya quedó atrás. Las discusiones han girado en torno a lo que nos depara el 2019 a medida que los mercados se ajustan a los cambios radicales que están remodelando los pilares de los mercados financieros, todos ellos interrelacionados.

Trading en 2019: menor crecimiento económico

El primer punto es la desaceleración del crecimiento económico mundial. Estados Unidos, impulsado por el estímulo fiscal, ha superado a la mayoría de sus competidores internacionales en 2018. Sin embargo, el crecimiento económico ha comenzado a mostrar signos de desaceleración. El producto interior bruto (PIB) subió hasta un 4,2 % en el segundo trimestre (2T) y bajó hasta un 3,5 % en el 3T, y las expectativas para el 4T se aproximan al 3 %. En la zona euro hay un panorama similar; el crecimiento se ha ralentizado desde su máximo a finales de 2017 del 2,5 % a tan solo el 1,7 % en el tercer trimestre de 2018. El Reino Unido había sido una de las economías de más rápido crecimiento del G7 antes de que se celebrara el referéndum de la UE a mediados de 2016, pero, aún sin saber con certeza lo que significará el Brexit, en este momento es una de las economías de más lento crecimiento del grupo.

El comercio en 2019: políticas proteccionistas y guerras comerciales

El segundo punto es el aumento de la política proteccionista y las guerras comerciales, con la batalla de EE. UU. y China a la cabeza de las tensiones. La disputa sobre el comercio ha visto a la pareja tomar represalias imponiendo un arancel tras otro sobre las mercancías de la otra parte, lo que ha ejercido presión sobre ambas economías y ha contribuido a la desaceleración económica del crecimiento. Esto, unido al creciente nacionalismo en mercados occidentales clave como Alemania, Francia e Italia, amenaza con desentrañar la naturaleza internacional de los negocios que ha evolucionado en las últimas décadas. Quienes negocian a nivel mundial o dependen de las cadenas de suministro transfronterizas han visto cómo el tablero de juego está cambiando drásticamente este año, con consecuencias que durarán mucho más allá del próximo.

La pesadilla de Europa con el Brexit e Italia

El tercer punto es la creciente incertidumbre en Europa, con el Brexit y la crisis presupuestaria italiana como principales preocupaciones para los mercados. La naturaleza de la salida del Reino Unido de la UE es tan confusa hoy como lo era hace dos años: las preguntas sobre si se llegará a un acuerdo, si se cumplirá el período vital de transición que necesitan las empresas, o si no habrá acuerdo, siguen sin respuesta. Mientras tanto, el nuevo gobierno euroescéptico de Italia sigue probando las relaciones en el bloque después de chocar con Bruselas por sus planes de gasto. Los partidos antisistema también han ganado terreno en los dos países más importantes de Europa, Francia y Alemania, en los últimos diez años. En conjunto, esto dibuja un panorama incierto para Europa en 2019 y más allá.

Ámbito de las elecciones en 2019

El cuarto punto es la importancia de las próximas elecciones para el tenso panorama geopolítico, ya sea para bien o para mal. La gestión en Europa podría estar a punto de experimentar un cambio radical con las elecciones al Parlamento Europeo previstas para mayo de 2019, con el potencial de cambiar radicalmente el curso del bloque en el futuro. El año que viene se celebrarán elecciones parlamentarias, generales o presidenciales en no menos de 20 países en 2019, entre ellos Rumanía, Croacia, Ucrania, Finlandia, Dinamarca, Portugal, Grecia, Canadá y Polonia. El presidente estadounidense Donald Trump también comenzará a prepararse para las elecciones de 2020, en la que buscará asegurar su segundo mandato como presidente.

2019 podría ver tipos de interés más altas y una deuda más cara

La tendencia final es el aumento del coste de la deuda. Los inversores se han acostumbrado a registrar tipos de interés bajos, pero estos están empezando a subir en todo el mundo, liderados por la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed). Tanto la Reserva Federal como el Banco Central Europeo (BCE) tienen la intención de subir los tipos de interés en 2019, y el Banco de Inglaterra (BoE) probablemente hubiera mostrado una intención similar si hubiera sabido lo que el futuro le depararía tras el Brexit. Esto afectará tanto a la deuda de los consumidores como a la de las empresas, que se ha ido acumulando durante los años de préstamos baratos.

Parece claro que el mercado alcista que ha estado en auge durante años está empezando a decaer y existe un amplio consenso de que este año podría ser más difícil que el anterior, y muchos empiezan a sentirse cómodos hablando de la posible recesión que se vislumbra en el horizonte. Pero, ¿es este el comienzo de un mercado bajista o simplemente una pausa en el crecimiento económico y los mercados globales?

Negociación de los tipos de interés en 2019

En 2019, la subida de los tipos de interés es casi una realidad, pero próximas subidas llevan ya algún tiempo sobre la mesa y parece que los inversores ya han valorado gran parte de ellas. La Reserva Federal ha subido los tipos nueve veces desde finales de 2015; recientemente los ha subido hasta el 2,5 %, y tiene previstas nuevas subidas en 2019. Pero hubo una fuerte respuesta cuando anunció que solo preveía dos subidas el año próximo en lugar de tres, lo que ha sustituido al llamado «repunte navideño», que suele impulsar las acciones a finales de año con una venta global en EE. UU., Asia y Europa. También ejerció presión sobre el dólar, contrarrestando las ganancias que ha obtenido frente a otras monedas en 2018.

Muchos esperaban que la Reserva Federal aliviara la subida de los tipos de interés a medida que cambiara el panorama económico en la segunda mitad de 2018: el crecimiento se ralentizó, los mercados bursátiles devolvieron los beneficios obtenidos durante el año hasta la fecha, y la inflación se estaba acercando al objetivo del banco central. Sin embargo, la Reserva Federal decidió seguir adelante y encarecer el dinero.

El camino ha despertado temores entre quienes temen que las condiciones comerciales más duras se vean exacerbadas por una deuda más cara y choque directamente con la ruta deseada de Trump. Antes de la última subida, el presidente advirtió a la Reserva Federal que no «cometiera otro error más» al aumentar los tipos de interés, con un Trump ansioso de no encarecer la vida de los votantes antes de las elecciones de 2020 o de no perder su autoproclamada victoria de liderar los mercados de valores y permitir que la economía florezca. Jerome Powell, el presidente de la Reserva Federal designado por Trump a principios de este año, ha dicho que la política «no juega ningún papel» en los planes del banco.

Esto también ha marcado el rumbo de los tipos de interés en otros lugares. Los tipos en Europa se han mantenido en el 0 % en este inicio del nuevo año, pero el BCE afirmó que las subidas de los tipos estarán sobre la mesa después del verano de 2019 e introdujo una fecha límite para su plan de compra de bonos de 2,6 billones de euros. El BoE probablemente habría seguido el ejemplo si hubiera tenido alguna idea clara de lo que ocurrirá después del 29 de marzo de 2019, fecha en la que el Reino Unido tiene previsto abandonar la UE. El BoE deja los tipos en el 0,75 % hasta que se resuelva el complejo asunto de Brexit, pero ha afirmado que las subidas podrían tener lugar más tarde durante el año, una vez que la situación se aclare.

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Trading de bonos en 2019

El mercado de bonos probablemente se beneficiaría de una disminución en el sentimiento hacia las acciones. En general, los inversores invierten dinero en bonos cuando se sienten inseguros acerca de las acciones como una forma de aislarse de cualquier volatilidad o riesgo de caídas bruscas. Sin embargo, este año se ha visto dificultado por el aumento de los rendimientos del Tesoro de los Estados Unidos, mientras que los mercados de deuda emergentes han tenido dificultades debido a la fortaleza del dólar y a los efectos de la guerra comercial entre Estados Unidos y China.

Sin embargo, la teoría de que el sentimiento bajista respecto a las acciones en 2019 debería dar lugar a que los inversores se decantaran por los bonos es complicada por los diversos vientos en contra en los mercados de deuda en 2019. El más obvio es la subida de los tipos de interés, que tienden a ejercer presión sobre los precios de los bonos.

La fragilidad de las finanzas italianas también plantea un problema para los mercados de deuda en Europa, concretamente en la zona euro. Algunos creen que la prolongada disputa sobre el presupuesto de Italia continuará a lo largo de 2019 y corre el riesgo de desenterrar las vulnerabilidades de la zona euro en su conjunto.

Además, los mercados de bonos corporativos tampoco parecen muy prometedores. Años de deuda barata han visto a las empresas acumular enormes cargas en sus balances durante los últimos años, gran parte de las cuales se han utilizado para financiar adquisiciones para expandirse o para devolver enormes sumas a los accionistas a través de dividendos y recompras. Ahora que las compañías son conscientes de que los tipos de interés más altos están a la vuelta de la esquina, la mayoría se apresuran a deshacer sus montones de deuda antes de que se vuelvan más caros.

Las perspectivas han afectado más a los bonos a largo plazo que a los de menor duración. En general, los bonos a corto plazo producen menos intereses que los bonos a largo plazo, pero los precios tienden a mantenerse más resistentes cuando la inflación y los tipos de interés suben. Los mercados de deuda emergentes también podrían invertir el desempeño insuficiente en 2018 si el dólar se debilita o si cesa la guerra comercial entre Estados Unidos y China.

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Trading de mercados forex en 2019

La libra, el euro y las divisas de los países emergentes han caído frente al dólar en 2018, pero el sentimiento alcista detrás del dólar americano está disminuyendo. Aunque se espera que el dólar se mantenga relativamente fuerte en relación con otras monedas del G10 en 2019, incluido el euro, la incertidumbre generada por factores como el Brexit y el presupuesto italiano, ha hecho que muchos esperen que disminuya su desenfrenada subida.

Las divisas de mercados emergentes como Argentina, India y Turquía han tenido dificultades en 2018 debido a la fortaleza del dólar, los tipos de interés más altos y el aumento de las tensiones comerciales. Un dólar más blando sería beneficioso para las divisas de los mercados emergentes y cualquier señal de que las relaciones entre Estados Unidos y China están mejorando proporcionaría un alivio adicional. El golpe al dólar tras la reciente subida de los tipos de interés de la Reserva Federal ha alimentado la idea de que el dólar podría tener un año más difícil en 2019, ya que muchos se han refugiado en monedas «seguras» como el yen japonés.

Italia, la tercera economía más grande dentro de la moneda única, será una sombra persistente sobre el euro en 2019. Prestar atención a los pronósticos sobre la libra no tiene sentido hasta que el Brexit llegue a buen puerto. Aunque muchos todavía están tratando de predecir la trayectoria futura de la libra (apuntando a una gran cantidad de posibles caídas y subidas), el rango de estimaciones es muy amplio —desde 1,10 $ hasta 1,60 $— y algunos han renunciado junto con HSBC a pronosticar un tipo fijo de 1,30 $ en los próximos años, de modo que pueda volver a sus estimaciones una vez que tenga alguna información sólida como punto de partida.

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Trading de criptodivisas en 2019

Tras haber caído desde los máximos de finales de 2017, las criptodivisas esperan recuperar algunas de sus grandes pérdidas en el próximo año. La mayor criptodivisa, el bitcoin, comenzó su fuerte caída desde su valor máximo de casi 20 000 $ al comenzar 2018. Empieza este año con una valoración cuatro veces menor, alrededor de 4000 dólares. Prácticamente todas las criptodivisas han perdido un valor considerable en 2018, en parte porque la paradójica relación con la regulación está lejos de resolverse, pero hay razones para que el mercado sea optimista en 2019.

Los gobiernos pueden estar lejos de abrazar el mundo de las criptodivisas, pero las empresas conocen las oportunidades que se abren. El número de compañías globales que invierten y experimentan con criptodivisas, y con el blockchain, está aumentando. El problema es que, por mucho que los criptoentusiastas no quieran la bendición del gobierno, es lo que necesitan para restaurar la fe en un mercado que todavía está luchando por escapar de los escándalos. Y de nuevo, aunque es cierto que las criptodivisas se inventaron para eludir la regulación y los grandes negocios, el apoyo de ambos será crítico para el futuro del mercado.

Los reguladores estadounidenses revelarán si la actitud hacia las criptodivisas se ha calentado a principios de 2019. Después de haber frustrado varios intentos de lanzar el primer fondo ETF (fondo cotizado) en 2018 por parte de empresas como BlackRock y VanEck, se espera que la Comisión de Valores y Bolsa (SEC) dictamine si pueden lanzar nuevos ETF de bitcoin a principios de 2019. Si el gobierno aprueba o deniega los planes será significativo. La aprobación se vería como una señal de apoyo de lo que hasta ahora han demostrado ser gobiernos escépticos y la introducción de nuevos instrumentos de negociación abre el mercado a nuevos inversores y mejora la liquidez. El rechazo, por otro lado, podría ser otro clavo en el ataúd de los precios.

2019 será otro año salvaje para las criptodivisas, pero en última instancia solo uno más en un viaje que evolucionará a lo largo de décadas. Como dirían los criptoentusiastas: HODL (no te sueltes por nada del mundo).

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Trading de acciones en 2019

La globalización se ve amenazada, el proteccionismo va en aumento y el crecimiento ha superado su punto álgido. Esto se ha ido construyendo durante años, pero se ha dejado sentir de forma aguda en la segunda mitad de 2018. El impacto de los aranceles y las señales de que la guerra comercial entre EE. UU. y China está lejos de resolverse comenzaron a golpear las acciones en junio, y el sector tecnológico, que había sido la fuerza motriz detrás de las ganancias del mercado, comenzó a mostrar señales de que ha alcanzado su pico de crecimiento y ganancias. Los mercados del Reino Unido no han sido capaces de ver más allá del horizonte durante algún tiempo y están tratando por desgracia de protegerse de los posibles resultados del Brexit.

El cambiante panorama político amenaza la globalización y las cadenas de suministro internacionales de las que dependen las mayores reservas del mundo. La guerra comercial ha hecho poco más que aumentar el coste de los bienes para los consumidores y el coste de hacer negocios para las empresas. A muchos, esto los ha animado a invertir en mercados nacionales más aislados, especialmente en aquellos que no dependen de la exportación de sus bienes o de la importación de suministros vitales.

Otros han comenzado a dirigirse hacia acciones más defensivas: las que no se ven más afectadas cuando los tiempos se ponen difíciles. Se trata de sectores vitales en los que la demanda no se ve afectada por el estado de la economía, como la sanidad o la alimentación. Otros sectores, como el de las telecomunicaciones y el de los productos de primera necesidad, también tienden a capear las tormentas mejor que otros.

Para muchos, el coste de los negocios ha coincidido con una ralentización del crecimiento y se ha producido en la cúspide de tipos de interés más altos, lo que añadirá otro problema en forma de una deuda más cara. Quienes no hayan cuadrado los saldos de sus libros contables pagarán el precio en los próximos años a medida que los tipos de interés comiencen a subir y la capacidad de refinanciar su deuda se haga más difícil.

El mayor coste de hacer negocios, el menor crecimiento, la deuda más cara y la menor liquidez podrían afectar a los mercados en 2019. Aun así, las oportunidades seguirán siendo buenas y los que tengan una visión a más largo plazo pueden estar tranquilos porque las inversiones en los sectores que se encuentran a la vanguardia de la próxima revolución tecnológica siguen siendo una apuesta segura. Todo esto hace que las alternativas en los mercados emergentes sean más atractivas, especialmente cuando se combinan con las mejores perspectivas para los mercados de bonos y forex.

Ir en largo o en corto en acciones

Mercados de materias primas en 2019

Los mercados de materia primas en 2018 siguieron estando regidos por la oferta y la demanda puras, pero las cuestiones geopolíticas están emergiendo como un impulsor cada vez más poderoso de los precios de las materias primas, al igual que lo hicieron en la década de 1970 en momentos como la crisis del petróleo inspirada en la guerra de Yom Kippur.

No ha sido un buen final de año para los precios del petróleo que, después de alcanzar sus máximos de cuatro años en octubre, cayeron al nivel más bajo en más de un año en diciembre. Las perspectivas no son favorables para los precios del petróleo: S&P predice que la producción alcanzará los 100 millones de barriles de petróleo por día por primera vez en 2019, pero muchos temen que haya demasiada oferta para un mercado global que se está desacelerando. Sin embargo, hay muchos problemas potenciales de suministro en 2019.

La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) ha estado tratando de unirse a otros grandes productores como Rusia para gestionar el suministro a fin de mantener los precios, pero sin ceder cuota de mercado a los EE. UU., que ahora produce alrededor de 11 millones de barriles de petróleo al día. Esto también se produce en el contexto de las sanciones impuestas por Estados Unidos a Irán, miembro de la OPEP. Además, el líder de la OPEP, Arabia Saudí, está siendo objeto de un creciente escrutinio por parte de los países occidentales a causa del asesinato del periodista Jamal Khashoggi. Las relaciones entre Estados Unidos y Rusia también están congeladas.

Distando mucho de ser perfectas las relaciones de EE. UU. con el resto de los mayores productores del mundo, su capacidad de exportar petróleo a grandes mercados de consumo como China parecía de vital importancia. Las exportaciones habían alcanzado un máximo de 450 000 barriles por día en junio de 2018, pero han estado en declive a medida que la guerra comercial cobra su peaje.

El petróleo no ha sido la única arma que han manejado los gobiernos en sus disputas internacionales. Los metales también se han visto afectados, con el aluminio en el centro de la ronda inicial de aranceles de Trump contra China. Los aranceles, junto con las sanciones a las mayores empresas productoras del mundo en Rusia, han hecho subir los precios del aluminio en 2018 y esto podría convertirse en un tema común para otros metales en 2019 si las tensiones comerciales no disminuyen. En medio de toda esta incertidumbre geopolítica, los refugios seguros como el oro podrían beneficiarse el próximo año.

Los avances tecnológicos también seguirán impulsando la demanda de metales. La transición a los coches eléctricos, por ejemplo, sigue ofreciendo sólidas perspectivas para los materiales de las baterías como el litio y el cobalto.

Las barrera permiten aprovechar las tendencias en los mercados de materias primas mientras mantiene el control del riesgo total desde el momento en el que abre una operación.

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