En las últimas semanas, los bancos regionales americanos están atravesando por serios problemas, después de las quiebras de Silicon Valley Bank en marzo o de First Republic Bank hace unos días. Sin embargo, la incertidumbre no ha terminado, ya que esta semana hemos tenido mayores temblores de algunos bancos regionales, lo que deja entrever posibilidad de mayores quiebras.

Así mismo, el SPDR S&P Regional Banking ETF, el índice compuesto que mide los bancos regionales ha tenido un correctivo desde el pasado mes de marzo, perdiendo más de un 35% y cotizando en niveles de octubre del pasado año 2020. De hecho, en la sesión de ayer martes, el índice KRE perdía algo más de un 6%, volviendo a tener presión bajista.

Uno de los motivos de los descensos de estos bancos es la tenencia como activos de préstamos sobre bienes inmuebles comerciales, perjudicados por las altas tasas de tipos de interés realizadas por la Reserva Federal (Fed), lo que pone en serios problemas sus balances. Por ello, es probable que la Fed realice hoy una última subida de tipos, aunque estaremos pendientes de Powell y las proyecciones que realice de cara a los próximos meses.

Durante la presente semana, algunos bancos regionales vuelven a estar bajo presión en el mercado, con el Western Alliance Bancorp (-17,55%) cediendo la barrera de los 40 dólares, el Zions Bancorporation (-14,30%), el Huntington Bancshares (-8,20%) acercándose al soporte de los 10 dólares, Comerica Inc (14,30%) o KeyCorp (-13,44%) en mínimos del año.

Sin embargo, el peor parado fue PacWest Bancorp (-35,20%), quien tiene todas las papeletas para ser el siguiente banco regional en Estados Unidos para quebrar, con más de 41 000 millones de dólares en activos, aunque es otro de los “bancos débiles” regionales. Además, las acciones de PacWest se han desplomado más de un 75% en el último año, poniendo en serios aprietos a la entidad.

Por otro lado, tampoco podemos olvidarnos de la presión existente para algunos grandes bancos que ven como se produce una salida de depositantes importante, todo ello ante el revuelo de los últimos meses, generando una fuga de capital hacia otros activos que produzcan un mejor retorno hacia el largo plazo.

Finalmente, todo lo anterior se está traduciendo en volatilidad en el mercado de renta fija o la vuelta al alza para los activos refugios como el oro (+2%), rompiendo la barrera de los 2000 dólares por onza o la plata (+2,20%) superando los 25,50 dólares.

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