Cómo elegir el producto adecuado
Encuentra el producto adecuado
Hay muchas formas de interactuar con los mercados y perseguir tu libertad financiera. En esta lección, nos ocuparemos de los distintos productos disponibles, sus riesgos y ventajas.
Recuerda que el producto que elijas depende de tus circunstancias personales. Esto incluye tu apetito de riesgo, cuándo necesitarás cerrar tu operación o vender tus acciones, y de cuánto tiempo dispones para supervisarlo.
Productos de inversión
Si buscas rentabilidades a largo plazo del mercado, los productos de inversión pueden adecuarse a tu estrategia. También conllevan riesgo de mercado, aunque no estén apalancados.
Puedes mantenerlos durante años y años, siempre que estés contento con las rentabilidades y la calidad de lo que posees.
Trading de acciones
Esta actividad puede ser lo primero que te venga a la mente cuando piensas en el mercado de valores. El trading de acciones se refiere a la compra directa de participaciones de empresas cotizadas en bolsa.
Si decides utilizar el trading de acciones para construir tu patrimonio, serás el beneficiario efectivo de los activos que compres. También implica que tienes derecho a recibir los dividendos ligados a la inversión.
Se emiten a discreción de la empresa, por lo que esta podría decidir no seguir adelante con ellos o dejar de pagar dividendos en algún momento. Algunas empresas emplean sus beneficios para recomprar sus propias acciones o invertirlos en nuevas adquisiciones.
Cuando los mercados bajan, incluso las acciones con mejores resultados del mundo pueden verse sometidas a presión y perder valor. Sin embargo, las acciones de calidad pueden recuperarse con el tiempo y recompensar a los inversores que tienen paciencia.
El trading de acciones te permite construir tu propia cartera diversificada, comprando acciones de empresas que crees que se revalorizarán con el tiempo. Si llegas a la conclusión que una acción no va tan bien como esperabas, puedes venderla y buscar una alternativa mejor.
A diferencia de otros productos de trading, las cuentas de inversión suelen aplicar comisiones bajas o incluso nulas por mantener tus acciones. Eso es una buena noticia porque cuando encuentres una acción ganadora, podrías mantenerla todo el tiempo que puedas. Sin embargo, la mayoría de los proveedores cobran una comisión cuando compras y vendes acciones.
Carteras gestionadas
Estas carteras ofrecen una alternativa a la compra de acciones individuales. Suelen estar gestionadas por un bróker y, en general, hacen por ti el trabajo de seleccionar acciones y crear una cartera diversificada.
Las carteras gestionadas pueden estructurarse dependiendo de tu perfil de riesgo, así que puedes buscar una que sea adecuada para ti. Normalmente, también incluyen bonos y materias primas, lo que puede diversificar aún más tu cartera.
Como no están apalancadas, puedes suponer que solo convienen a quienes tienen más aversión al riesgo. Sin embargo, las carteras gestionadas pueden incluir inversiones de mayor riesgo, lo que aumenta la responsabilidad inherente.
Pueden ser un punto de entrada sólido en el mercado, ya que ofrecen diversificación inmediata y gestión experta, todo en un producto sencillo.
¿Sabías que...?
¿Sabes en qué acciones invertir? ¿Estás seguro de que tienes tiempo suficiente para supervisarlas todas?
Al elegir una cartera gestionada, gran parte del trabajo ya está hecho. Puedes aprovechar tu tiempo y dejar la diversificación a los profesionales. Sin embargo, no es una solución infalible.
Como ocurre con todas las carteras, los precios podrían comportarse mal a corto plazo, debido a las condiciones generales del mercado.
Los gestores de cartera tampoco son inmunes a las malas inversiones: podrían seleccionar sectores o acciones equivocados.
Fondos cotizados (ETF)
Los fondos cotizados (ETF) siguen un conjunto de acciones, como un índice, o incluso de distintos activos, como acciones y bonos. Son una forma relativamente sencilla de obtener exposición a una serie de acciones.
Los compras como si fueran una acción en tu cuenta de trading de acciones y también pueden incluirse en algunas carteras gestionadas.
Diversos y de bajo coste, son otra vía por la que puedes optar al iniciar tu andadura como inversor.
Te ahorran tiempo, ya que no tendrás que analizar acciones específicas. En su lugar, puedes seleccionar un fondo cotizado (ETF) con un tema, como las acciones globales. No tendrás que preocuparte de supervisar las distintas acciones que lo componen.
Materias primas cotizadas (ETC)
Las materias primas cotizadas (ETC) son similares a los fondos cotizados (ETF), pero, en lugar de acciones o índices, tienen materias primas como activo subyacente.
Podría ser un único tipo de materia prima o un índice diverso de materias primas relacionadas con un tema, como la agricultura. Este último podría incluir varios productos agrícolas diferentes en una ETC, como la cebada, el maíz y la leche.
Trading y productos apalancados
Una vez que empiezas a aplicar apalancamiento, te estás adentrando en el terreno del trading más que en el de la inversión.
Como habrás aprendido, las acciones pueden comprarse sin apalancamiento y pueden utilizarse como inversión a largo plazo. Utilizar el apalancamiento en las mismas acciones tendría que ver más con sus variaciones de precio a corto plazo que con su potencial de revalorización a largo plazo.
El apalancamiento te ayuda a obtener una mayor exposición al mercado con un depósito inicial relativamente pequeño. El mayor riesgo proviene de los posibles mayores beneficios o pérdidas.
Muchos instrumentos financieros conllevan apalancamiento y pueden utilizarse en la mayoría de los mercados subyacentes, como acciones, materias primas, forex e índices. En lugar de comprar un activo directamente, seleccionarías una posición apalancada, aumentando de inmediato el riesgo y la remuneración de la operación.
Los derivados apalancados suelen utilizarlos traders a corto plazo que esperan beneficiarse del alza o la bajada de un mercado.
Opciones
Estos instrumentos financieros son algo más complejos, debido a cómo están estructurados.
Las opciones son contratos que te dan el derecho, pero no la obligación, de comprar o vender un activo en una fecha acordada (fecha de ejercicio) o antes, a un precio acordado (precio de ejercicio). Pagarás la denominada prima para comprar una opción, pero la operación solo se ejecutará si ejerces la opción.
Hay dos tipos principales de opciones: vanilla y barrera.
Opciones vanilla
Empecemos por lo sencillo. Utilizarías opciones call si crees que un mercado va a subir, mientras que las opciones put te permiten adoptar una posición en un mercado a la baja. Como no estás obligado a ejecutar tu operación, puedes dejar que tu opción venza si el mercado se mueve en tu contra.
El apalancamiento está integrado en el precio de la opción, pero no es lo único que deberás tener en cuenta. Las opciones son complejas, en el sentido de que tienen precios y fechas de ejercicio. La fórmula para determinar su valor emplea variables como la sensibilidad a la volatilidad o el efecto de las variaciones en los tipos de interés.
Opciones barrera
Tienen una mayor complejidad: seleccionas un nivel en el que la opción surte efecto. Tu riesgo total se convierte esencialmente en un stop de pérdidas para tu operación. Las barrera se mueven punto por punto con el activo subyacente. Esto significa que si el precio del activo subyacente cambia, también lo hace el precio de tu opción.
También podrías utilizar una opción put como estrategia de cobertura si te preocupa que los mercados puedan caer. En lugar de vender tus inversiones locales, comprar una opción put sobre un índice como el FTSE 100 podría ayudarte a proporcionar protección adicional a tu cartera global.
Si el mercado cae, tu cartera de acciones valdría menos, pero podrías obtener un beneficio de la opción put, reduciendo tu pérdida global.
¿Quieres saber más? Realiza nuestro curso completo sobre opciones aquí.
Al contado
El trading al contado se ofrece en forex, índices, fondos cotizados (ETF), acciones y materias primas. Supone pagar el precio de mercado actual del activo con el que estás operando.
Un mercado al contado puede referirse tanto a un activo subyacente físico como a un instrumento derivado. La mayor diferencia es que, con los productos apalancados, no obtienes el activo subyacente, sino que te limitas a operar sobre los movimientos de su precio.
Si crees que un índice va a subir en las próximas semanas, podrías adquirir una posición en él utilizando el precio al contado, con un apalancamiento añadido que aumenta el riesgo potencial y la remuneración de la operación.
En muchos sentidos, el trading al contado es la forma más básica del trading, pero el apalancamiento añade cierta complejidad. No tiene vencimiento, por lo que puedes mantener la operación todo el tiempo que desees, sin tener que preocuparte por un vencimiento inminente.
Futuros
Los contratos de futuros son acuerdos entre un comprador y un vendedor para operar con un activo a un precio fijo, en una fecha futura acordada. A diferencia de las opciones, existe la obligación de completar la operación.
Además, tu pérdida no tiene límite y puedes perder más capital del que tengas en tu cuenta. Pongamos que prevés que el precio del FTSE 100 podría subir en los próximos tres meses. Suscribes un contrato de futuros para que, en una fecha concreta del futuro, puedas comprar el mercado a un precio inferior al que crees que tendrá.
Si, por el contrario, el mercado subyacente se mueve en tu contra y el precio disminuye, el precio fijo que acordaste pagar supondrá una pérdida para ti ahora. Dada la obligación de completar la operación, deberás tener suficiente dinero en tu cuenta para cubrir esa posición perdedora.
Los futuros también utilizan el apalancamiento, pero el coste está integrado y se resta del precio de operación cada día.
Puedes operar en varios mercados, como acciones, índices, bonos y materias primas.
Si operas en el propio mercado, recibirás el activo. Sin embargo, esto solo ocurre al vencimiento. Puedes evitarlo si vendes el contrato antes.
Productos cotizados
Hay una amplia gama de productos cotizados disponibles para operar, dependiendo de dónde residas. Aunque las materias primas cotizadas (ETC) y los fondos cotizados (ETF) también entran esta categoría, a menudo se utilizan como parte de inversiones a largo plazo.
Algunos productos cotizados, como los que vamos a comentar, son más sofisticados que otros, y pueden ser más adecuados para los traders, no así en el caso de los inversores. Esto es porque están diseñados para ayudarte a aprovechar oportunidades en los movimientos a corto plazo de un activo subyacente.
Estos productos pueden ofrecerte exposición a diversos activos, como acciones, índices, forex, materias primas e incluso criptomonedas.
Veamos cómo funcionan y en qué se diferencian de los productos de trading extrabursátil (OTC), como los las opciones y barreras.
Turbo24
Los turbo warrants, o turbos, son valores apalancados. Puedes utilizarlos para ir largo o corto en un mercado y su precio sigue punto por punto al activo subyacente.
Para cada operación con turbos, seleccionas un nivel de knockout que controla tu riesgo máximo. Este nivel indica el punto en el que saldrás de la operación si el mercado se mueve en tu contra. Tu depósito inicial actúa también como tu pérdida máxima posible.
Hay dos tipos de turbo warrants: largos y cortos. Comprarías un turbo largo si esperas que el precio de un mercado subyacente suba, en cuyo caso obtendrías un beneficio.
Los turbos cortos son más adecuados para cuando esperas que el precio del activo subyacente baje. Si lo hace, el precio del turbo corto aumentará de valor.
Estos instrumentos incluyen apalancamiento, pero la cantidad que asumes se basa en dónde estableces tu nivel de knockout. Cuanto más cerca esté del precio actual del activo subyacente, mayor será el apalancamiento.
También pueden ser una gran herramienta para los traders que buscan un producto de trading apalancado con protección ante las caídas.
Warrants
Estos productos apalancados te dan el derecho, pero no la obligación, de comprar o vender un activo subyacente al precio que elijas (precio de ejercicio) en un momento futuro. Son similares a las opciones, ya que pagas una prima. La diferencia es que tu riesgo se limita a ese depósito inicial.
Si quisieras adoptar una posición larga, comprarías el mercado subyacente con un warrant call. En ese caso, crees que el precio de mercado podría subir por encima de tu precio de ejercicio. Si lo hace, puedes ejercer tu derecho de compra del subyacente por una cantidad inferior al precio de mercado actual.
En cambio, si piensas vender el subyacente, utilizarías un warrant put, básicamente adoptando una posición corta. En este caso, puedes hacer una predicción sobre la caída de los mercados e intentar obtener beneficios vendiendo el activo subyacente a un precio superior al precio de mercado actual.
Veamos un ejemplo práctico. Supongamos que has estado siguiendo el precio de las acciones de ABC plc, que actualmente es de 110 € por acción. Crees que subirá en las próximas cuatro semanas, así que decides comprar un warrant call por 10 €, con un precio de ejercicio de 100 €.
Si acertaste y el precio de la acción sube a 150 €, puedes ejercer tu derecho de compra y obtener un beneficio de 40 €. Como estás operando con un derivado apalancado, no necesitarás poseer la acción en sí para ganar dinero.
Si te hubieras equivocado y el precio de las acciones de ABC plc hubiera caído a 50 €, solo habrías perdido tu inversión inicial de 10 €, gracias a la protección contra el riesgo que incluye este producto.
Gracias a la combinación de riesgo limitado y apalancamiento, puedes aumentar tu exposición al mercado subyacente y aumentar el beneficio potencial, evitando al mismo tiempo mayores pérdidas.
Multis
Un Multi es otro producto cotizado que ayuda a los traders a limitar su riesgo. Estos productos pueden ofrecerte exposición a activos como acciones, materias primas o forex.
Aunque están diseñados para traders, también pueden emplearlos los inversores a largo plazo con menores niveles de apalancamiento. Esto se debe a que cuando adquieres un multi, puedes decidir el apalancamiento adecuado a tu perfil de riesgo.
Tampoco tienen fecha de vencimiento, pero si los mantienes más de un día, su rentabilidad puede empezar a diferir de la del activo subyacente. Esto se debe a que el apalancamiento se acumula al final del día.
Tus beneficios potenciales aumentarán, pero también lo harán las pérdidas. Estas se calculan multiplicando la rentabilidad diaria del subyacente por el factor de apalancamiento que selecciones.
Al igual que los warrants, estos productos limitan tu riesgo para que nunca pierdas más dinero del que pusiste inicialmente.
Veamos un ejemplo práctico. Supongamos que decides ir largo en ABC plc y compras un Multi x5 por 20 €. El apalancamiento te permite adoptar una posición por valor de 100 €. Si el precio del subyacente sube un 20 % y cierra a 120 € al final del día, tu beneficio será de 20 € (una rentabilidad del 100 %).
Si el mercado subyacente ganara otro 20 % con el mismo Multi x5 al día siguiente, cerraría a 144 €. Tu beneficio sería ahora de 44 €.
El efecto compuesto que hemos visto aquí continuará mientras tu posición continúe abierta. Esto significa que al comienzo de cada día de trading, tu nivel de apalancamiento (x5) se aplicará al nuevo valor de tu posición total.
Sin embargo, la misma capitalización se aplica a cualquier pérdida. Después del primer día, si el precio del subyacente hubiera caído un 20 %, cerraría a 80 €. El mercado se ha movido más allá de tu depósito inicial, por lo que quedarás fuera de la operación.
Recuerda que también se verán afectados tanto tus beneficios como tus pérdidas, por lo que puede que tengas que monitorizar las posiciones a largo plazo.
Elegir la combinación de productos adecuada
Como ves, hay muchos productos diferentes con los que puedes acceder a los mercados financieros. En nuestras lecciones anteriores, hemos explicado cómo puedes utilizar tu perfil de riesgo y tu horizonte temporal a fin de elegir los más adecuados para ti.
También puedes tener en cuenta el apalancamiento y tu nivel de entendimiento de cada producto en el momento de tomar decisiones. Sin embargo, recuerda que puedes tener varios objetivos financieros que quieras alcanzar. Por tanto, podrías seguir una estrategia multiproducto, de la que hablaremos en la última lección.
Veamos un ejemplo práctico. Supongamos que decides ir largo en ABC plc y compras un multi x5 por 20 €. El apalancamiento te permite adoptar una posición por valor de 100 €. Si el precio del subyacente sube un 20 % y cierra a 120 € al final del día, tu beneficio será de 20 € (una rentabilidad del 100 %).
Si el mercado subyacente ganara otro 20 % con el mismo multi x5 al día siguiente, cerraría a 144€. Tu beneficio sería ahora de 44 €.
El efecto compuesto que hemos visto aquí continuará mientras tu posición continúe abierta. Esto significa que al comienzo de cada día de trading, tu nivel de apalancamiento (x5) se aplicará al nuevo valor de tu posición total.
Sin embargo, la misma capitalización se aplica a cualquier pérdida. Después del primer día, si el precio del subyacente hubiera caído un 20 %, cerraría a 80 €. El mercado se ha movido más allá de tu depósito inicial, por lo que quedarás fuera de la operación.
Recuerda que también se verán afectados tanto tus beneficios como tus pérdidas, por lo que puede que tengas que monitorizar las posiciones a largo plazo.
Elegir la combinación de productos adecuada
Como ves, hay muchos productos diferentes con los que puedes acceder a los mercados financieros. En nuestras lecciones anteriores, hemos explicado cómo puedes utilizar tu perfil de riesgo y tu horizonte temporal a fin de elegir los más adecuados para ti.
También puedes tener en cuenta el apalancamiento y tu nivel de entendimiento de cada producto en el momento de tomar decisiones. Sin embargo, recuerda que puedes tener varios objetivos financieros que quieras alcanzar. Por tanto, podrías seguir una estrategia multiproducto, de la que hablaremos en la última lección.
Resumen de la lección
- Comprar acciones, utilizar carteras gestionadas o invertir en fondos cotizados (ETF) y materias primas (ETC) son algunas de las actividades de inversión a largo plazo. No incluyen ningún apalancamiento y pueden considerarse de bajo riesgo.
- El trading a corto plazo puede dividirse en extrabursátil (OTC) y otros productos cotizados. Ambos pueden considerarse de alto riesgo y tienen sus propias ventajas diferenciadas.
- Los productos OTC, como las opciones y las barreras, te permiten operar con mercados al contado, opciones o futuros.
- Los productos cotizados como los Turbo24, los Multis y los Warrants te ayudan a limitar el riesgo para que nunca pierdas más que tu depósito inicial
- Los Turbo24, los Multis y los Warrants se consideran derivados apalancados, por lo que nunca recibirás el activo subyacente