Toros, osos y otros animales de Wall Street

El uso de metáforas en el argot financiero nos permite identificar rápidamente una tendencia o un comportamiento por sus características mediante la asociación con aquellas que conocemos de los animales, el resto es ‘instintivo’. El toro de Wall Street está compuesto por más de tres toneladas de bronce listas para embestir que complementan el escenario del distritito financiero de Nueva York. Sin embargo, no es el toro lo que más preocupa a los inversores.

El toro de Wall Street

La escultura icónica del toro de Wall Street apareció en 1989 por primera vez frente a la bolsa de Nueva York (NYSE), el corazón del distrito financiero y una de las ubicaciones más simbólicas del mercado bursátil en el mundo. La escultura fue desplazada por el gobierno, sin embargo, después de las protestas del público, siendo reubicada en Bowling Green Park una semana después.

La escultura del charging bull, del artista Arturo Di Modica y conocida en inglés como Wall Street Bull, simboliza el optimismo del mercado tras el desplome bursátil de 1987, denominado como “lunes negro” (black Monday). En el 19 de octubre el Promedio Industrial Dow Jones (INDEXDJX: .DJI) registró una caída del 22%, la mayor pérdida porcentual diaria en su historia.

El toro de Wall Street retrata el optimismo y la confianza de los inversores de estar ante un mercado con tendencia alcista. En términos de la bolsa, el toro de Wall Street representa la perspectiva de que el mercado continúe con una tendencia favorable de manera sostenida por un periodo de tiempo prolongado. Pese a la especulación, análisis y confianza, un mercado “toro” es considerado como un fenómeno difícil de anticipar.

Después de la crisis financiera iniciada en 2007, el S&P 500 (INDEXSP: INX) cayó a su nivel más bajo el 6 de marzo de 2009 rozando los 666 puntos intradía, lo que se conoció como “la caída del diablo” (del inglés, devil’s low). Diez años después se alcanzó una nueva marca, el mercado “toro” (bull market) más duradero en la historia del mercado bursátil, durante el cual el índice S&P 500 logró una rentabilidad anualizada compuesta del 15%.

El toro vs la niña sin miedo

Durante casi dos años, el toro de Wall Street estuvo frente a frente con la “niña sin miedo” (del inglés, fearless girl), la estatua creada por la artista Kristen Visbal. Aunque poco tiene que ver con las tendencias alcistas del mercado, esta peculiar ‘contrincante’ estableció también nuevos simbolismos para el mercado bursátil. Diseñada originalmente como una llamada a la igualdad de género en Wall Street, la niña sin miedo fue identificada con el empoderamiento de la mujer, pero también con enfoques profeministas que fueron motivo de polémica y acciones legales por parte de Di Modica, creador del toro de Wall Street. Finalmente, la estatua fue reubicada a finales de 2018 frente al edificio de la bolsa de Nueva York (NYSE).

El toro y el oso en la bolsa de valores

Mientras que la ofensiva de un toro se caracteriza por un movimiento con dirección ascendente, el oso sigue el movimiento opuesto atacando con sus arpas ‘empujando’ hacia abajo. Esta es una de las teorías del origen de estos dos animales como símbolos de los mercados financieros con tendencia alcista y bajista, o mercados “toro” (bull) y “oso” (bear), respectivamente. Esta analogía podría tener su origen en la práctica extinta de peleas de toros contra osos efectuadas en el siglo XIX en EE. UU.

Muchos consideran el origen de la analogía de un mercado a la baja con los intermediarios en la antigua práctica del comercio de pieles de oso. Los ‘corredores de pieles’ (intermediarios) comenzaron a especular vendiendo las pieles de oso que aún no recibían de los cazadores a un precio predeterminado. El objetivo era lograr la venta a un precio mayor del que pagarían por las pieles, obteniendo así beneficios más altos. Hacia el siglo XVIII, vender en corto era una práctica conocida entre inversores conocidos como ‘corredores de pieles’ (bearskin jobbers).

Pese a las diferentes teorías sobre el origen de los conceptos del toro y el oso y su simbolismo en los mercados financieros, la idea es simple: el ‘oso’ simboliza a los inversores que operan anticipando una caída en el mercado para obtener sus beneficios al adquirir los valores a un precio más bajo.

Los mercados con tendencia bajista que se conocen como mercado ‘oso’ (bear market) se caracterizan generalmente por un descenso mantenido durante un periodo prolongado de tiempo. Aunque el mercado oso se asocia a la tendencia de un mercado en general o un índice, también puede señalar valores individuales que sostienen pérdidas de al menos 20% durante un periodo de dos o más meses.

La “caída del diablo” mencionada previamente ocurrió durante un período de mercado “oso”, el último registrado con una duración aproximada de año y medio.

Los lobos de Wall Street

Entre las metáforas sobre el comportamiento del mercado bursátil y sus participantes encontramos también el lado negativo, como la participación en el mercado con fines ilícitos, representado por el lobo.

El lobo de Wall Street es utilizado como símbolo del poder y la agresividad en individuos que operan en la bolsa, que pueden transgredir la ética y la legalidad, cometiendo actos criminales como estafas y manipulación del mercado. La historia reciente reveló el alcance de los verdaderos lobos de Wall Street con Jordan Belfort, un ex bróker sentenciado a más de tres años de prisión por fraude y manipulación del mercado en 1999.

Cuando se habla de un mercado “lobo” la analogía hace referencia a la actividad organizada de un grupo de individuos que utilizan estrategias financieras para influenciar y manipular el mercado.

El rebote del gato muerto o dead cat bounce

¿Qué ocurriría con el cuerpo de un gato muerto si fuera lanzado con suficiente fuerza contra la pared? La idea, además de sombría, es simple, seguramente observaríamos una reacción animada por el ‘rebote’, pero que sin embargo no cambiaría la realidad: el gato está muerto y su rebote no significa que vuelva a la vida. Esta expresión es considerada como simbolismo del repunte momentáneo que puede observarse en los valores bursátiles durante una caída severa, o durante la tendencia en un mercado oso, para posteriormente seguir la tendencia bajista, alejándose de una recuperación real .

Los cisnes negros en finanzas

La teoría del cisne negro es una metáfora que hace referencia a eventos imprevistos, o que hasta el momento de su ocurrencia se consideraban improbables, y que suceden repentinamente dejando un impacto significativo en los mercados, la economía o los sistemas políticos. El economista Nassim Taleb creó esta teoría para señalar el fallo que se presenta tarde o temprano en las predicciones económicas basadas en análisis de ocurrencias pasadas y que solo se advierte una vez ocurrida la desviación.

Otros animales: ovejas, tigres y unicornios

En el argot financiero existen otras referencias de animales que son simbología de las capacidades de individuos, entidades o países para navegar el mercado. Los siguientes son tres ejemplos cuyas características reflejan la diversidad de los participantes y sus posturas ante el mercado:

• Las ovejas en los mercados financieros son aquellos individuos que carecen de una estrategia o un plan de inversión y que navegan en el mundo de las inversiones siguiendo corazonadas, basándose en consejos de otros inversores o terceros, y cuyas operaciones son altamente influenciadas por reacciones emocionales, a menudo tratando de replicar a otros inversores o “siguiendo al rebaño”. Estos participantes del mercado están expuestos por lo general a un mayor riesgo en sus inversiones.
• En contraste a la falta de estrategia que define a las ovejas, surgen los míticos, y relativamente nuevos, unicornios. Esta analogía se basa en la capacidad de algunas entidades de lograr un alto crecimiento, por lo general apoyados la inversión privada y fuera del mercado bursátil, y cuya valoración ha superado la marca de los mil millones de dólares (antes de salir a bolsa). Las empresas unicornio se caracterizan, entre otros, por su tendencia a alterar los sectores e industrias a los que pertenecen, e incluso los mercados a nivel global.
• A nivel país, encontramos a los tigres, que en el mercado financiero son una referencia a las economías con altas tasas de crecimiento. Aunque en diversas épocas pueden identificarse ejemplos específicos de economías tigre en los mercados, actualmente se reconocen como tigres países como China , Singapur, Corea del Sur, Malasia y Tailandia. Entre las características de estas economías destacan la gran inyección de capital extranjero gracias a incentivos económicos para la inversión, grandes volúmenes de exportación, desarrollo importante en infraestructura y en sus sectores industrial, financiero y de tecnología.
• El uso de animales como símbolos del comportamiento financiero se emplea también en el contexto de las políticas monetarias y los individuos participantes cuyas prioridades promueven una política específica, como por ejemplo, sobre el presupuesto o la tasa de intereses. En este marco encontramos a los halcones y las palomas, que describen principalmente a aquellos participantes partidarios de una política económica más ajustada o, por el contrario, de la expansión cuantitativa, respectivamente.

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