¿Qué son los productos cotizados?

Entre el sinnúmero de instrumentos financieros a disposición de los traders e inversores, los productos cotizados (ETP, exchange-traded products) ofrecen varias ventajas que analizaremos en detalle a lo largo de este curso. Como introducción, es importante destacar que los productos cotizados engloban productos financieros complejos, con el fin de permitir a los clientes minoristas desarrollar estrategias de trading avanzadas utilizando un mismo producto.

Los productos cotizados son derivados financieros que reproducen el precio de activos subyacentes como acciones, índices, materias primas, pares de divisas fiduciarias, criptomonedas y más. Tienen diferentes perfiles de riesgo y remuneración, y son adecuados para cualquier tipo de estrategia de trading o inversión.

Por lo general, los productos cotizados se dividen en dos categorías principales: productos de inversión, que reproducen la rentabilidad de un activo subyacente, y productos apalancados, que ofrecen una exposición más que proporcional a la rentabilidad de un activo subyacente.¹

¿Qué oportunidades ofrecen los productos cotizados?

Una de las principales ventajas de los productos cotizados es que resultan adecuados para diferentes estrategias de trading y objetivos de inversión, cada uno de los cuales con sus diferentes riesgos y oportunidades.

Como veremos en ejemplos más adelante, los productos cotizados permiten reproducir la rentabilidad de un activo subyacente utilizando menos capital del que necesitarías para comprar el activo en sí. Mientras que la compra de un activo con un precio elevado (como las acciones de Tesla o el bitcoin) podría superar los fondos de que dispones, los productos cotizados pueden reproducir la rentabilidad de dicho activo a un precio más bajo, ofreciendo así acceso a una estrategia que de otro modo sería inalcanzable.

Los productos cotizados no se limitan a un único activo subyacente. Pueden brindar exposición a cestas de activos como los fondos cotizados (ETF), que suelen reproducir la rentabilidad de múltiples activos (p. ej., acciones tecnológicas estadounidenses) o sectores enteros (como la agricultura o los metales). Puedes incluirlos en tu estrategia dependiendo de tu perfil de riesgo o tu deseo de diversificación.

Un producto cotizado puede ofrecerte acceso a un índice como el S&P 500 o el DAX, que a su vez incluye todas las acciones del índice. De igual manera, puede proporcionarte exposición a sectores de actividad como la biotecnología o el transporte, a cestas de materias primas como la energía o los metales preciosos, o incluso a criptomonedas, entre muchos otros.

Los productos cotizados también pueden ofrecer apalancamiento ―un concepto que explicaremos en detalle más adelante― para ampliar tus beneficios potenciales, con la ventaja añadida de que no puedes perder más que tu depósito inicial. Tu depósito inicial es la cantidad de dinero que se destina a abrir tu operación. A veces oirás referirse a dicho depósito como «capital» o «prima».

Emitidos habitualmente por instituciones financieras, los productos cotizados están sujetos al riesgo del emisor.

Como su nombre indica, los productos cotizados cotizan en un mercado financiero de forma similar a las acciones. Por tanto, ofrecen mayor transparencia, lo que proporciona a todos los participantes el mismo acceso a la información relevante de un mercado en un momento dado.

También implica un alto grado de liquidez, por lo que es más probable que los participantes encuentren las operaciones que buscan.